lunes, 24 de diciembre de 2007

Feliz Navidad!

¡Feliz Navidad!

Monterrey, N.L. a 24 de Diciembre de 2007

Lector Querido,
Escribo estos renglones siendo las 18:37 hrs. Dos pollos rellenos me esperan en el horno para que los bañe en jugo naranja, hasta quedar bien doraditos (como dice la receta).
Espero mantener la continuidad del artículo porque entre la vuelta y vuelta del pollo, mi atención dividida en mis críos (que no dan lata, son muy activos porque están muy sanos) y la propia emoción de este día, no les prometo nada.

Es que la Navidad, como celebración social o como celebración religiosa, tiende a causar diferentes tipos de reacciones entre la gente y es de eso es de lo que quiero hablarles, mejor dicho, escribirles.

Están los que encuentran en estas fechas un pretexto para intentar llenar el hueco que sienten con regalos, viajes, pachangas. El medio (regalo) se vuelve un fin y lo único que les queda al final de todo son deudas y crudas, físicas y espirituales. No es que me disgusten esas cosas, pero creo que hay un tiempo y una medida para todo. Como dice mi Madre, ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre…

Están los que podría denominar “Grinch”, los que tiene fobia o aversión a la Navidad, ya sea porque su religión se lo indica o son libre pensadores en este respecto y simplemente porque la mosca vuela, la Navidad viene a ser algo así como una tortura kármica con la que parece que están pagando deudas de otras vidas. Se la pasan luchando literalmente contra toda la alegría que rodea esta época y pareciera que todos se ensañan con su paz. Nohayqueser!! Un poco de alegría no le hace mal a nadie.

Están los que les gusta la Navidad pero tienen miedo que se vuelva una fiesta comercial (como un Sacerdote amigo de una amiga) quien en una carta mensual comenta: “Ni en hablar de las superficiales y transitorias alegrías de tan atractivos colores de lo árboles artificiales y de los frágiles adornos navideños”. Y estoy de acuerdo con él ya que la Navidad es una oportunidad para recordar que lo que estamos celebrando es un cumpleaños, el de Jesús, y que si lo olvidamos, la fiesta no pasa de ser sólo eso, un festejo hueco y sin sentido.


Yo te invito a que vivas estas fiestas como quieras, sin olvidar que es precisamente época de fiesta, no olvides al cumpleañero (Jesús) y sobre todo, puede ser un excelente pretexto para darle gracias a EL por todas las bendiciones recibidas en este 2007.

Lector Querido, en esta Navidad, que DIOS nazca en ti,

Un abrazo,

El Escribidor

domingo, 2 de diciembre de 2007

Ten cuidado porque te castiga DIOS…

Ten cuidado porque te castiga DIOS…

Monterrey, N.L. a 2 de Diciembre de 2007

Así comenzaba su discurso la menor de mis hermanas, cuando quería convencerme de no hacer algo (o de hacer algo, según fuera su conveniencia) y yo, inocente pobre amigo, le creía; ¡como no le iba a creer si era mi hermana que me quería mucho (según me decía)! y que siempre buscaba lo mejor para mí (ajá!). Total que viví mi infancia cuidando no hacer cosas que hicieran enojar al SEÑOR porque si no, pobre de mi!!! y dicho sea de paso, dejé de hacer muchas cosas, que estoy seguro, hubieran sido de su agrado.
Seguí creciendo y cuando las cosas iban mal, pensaba para mi mismo: “es que DIOS me castigó” y cuando iban bien, pues, fue chiripa y tuve suerte.
No fue sino hasta ya entradito en años, cuando me percaté que la vida funcionaba de otra manera y que la verdad, eso de que DIOS se la pasara poniendo estrellitas, a los bien portados y manazos, a los mal portados, me parecía una idea de lo más absurda. Y no fue hasta el momento, que yo considero que tuve mi encuentro personal con DIOS, cuando me di cuenta que a ÉL le importa más que caiga y que me levante, que castigarme cada vez que me caigo.
Entonces comencé a leer aquí y allá, buscando una explicación convincente para todas esas ocasiones cuando pasan cosas duras (que a veces parecen castigos divinos o desquites celestiales) y me encontré con un concepto que viene de la India y que a mi gusto, refleja de una manera más atinada el porque suceden este tipo de cosas: El Karma. Dice uno de sus muchos conceptos: Es la ley del crecimiento psico-espiritual que involucra una reacción igual y en sentido contrario para cada acción. Si la acción es buena, la reacción es buena; pero si la acción es mala, la reacción es mala. Ah!! Ya entendí! –dije para mí-.
Las cosas tomaron sentido: si estudio, paso; si no, repruebo. Si soy tragón, estoy panzón; si no, flaco. Si me cuido, tengo salud; si no, me enfermo. Si mal administro el dinero, nunca me alcanzará. Si no cuido mis cosas, terminarán por dañarse y perderlas.
Si no pago mis deudas, me perseguirán los acreedores. Si vivo peleando, tendré mucha violencia en mi vida.
Pero también, si soy caritativo, nunca me faltará nada. Si soy amable, los demás serán amables conmigo. Si soy trabajador, siempre tendré prosperidad, etc.

Y cada vez más, me di cuenta que a cada mala acción nuestra, recibiremos una revancha negativa en contra. Pero, si la acción es positiva, hay una positiva a nuestro favor.

Ok! Ya se lo que sucede a cada acción mía, pero, ¿Qué papel juega DIOS en esto?
Bueno, lo más maravilloso de esto es que DIOS está encima de todo y que basta con que tengamos Fe y un arrepentimiento auténtico, para que podamos escapar al rebote negativo de nuestros actos. Se que esto va a levantar polvo, pero antes de que me apedreen, quiero dejar bien claro, se trata de una actitud de arrepentimiento por haber actuado mal y de una búsqueda de la ayuda y del perdón de DIOS.

Hoy me doy cuenta que como me va en la vida es producto de mis acciones, sin embargo, se que en cualquier momento puedo aspirar a una mejor estadía si volteo mi mirada hacia DIOS.

Lector Querido, para que siempre analices tus actos con los Ojos de DIOS, un abrazo

El Escribidor

Quema de Libros (Coronavirus parte II)

Siguiendo con este asunto de la pandemia y haciendo sumas y restas, me he dado cuenta de que hemos sufrido de todo tipo de afectaciones. Nos...