lunes, 24 de diciembre de 2007

Feliz Navidad!

¡Feliz Navidad!

Monterrey, N.L. a 24 de Diciembre de 2007

Lector Querido,
Escribo estos renglones siendo las 18:37 hrs. Dos pollos rellenos me esperan en el horno para que los bañe en jugo naranja, hasta quedar bien doraditos (como dice la receta).
Espero mantener la continuidad del artículo porque entre la vuelta y vuelta del pollo, mi atención dividida en mis críos (que no dan lata, son muy activos porque están muy sanos) y la propia emoción de este día, no les prometo nada.

Es que la Navidad, como celebración social o como celebración religiosa, tiende a causar diferentes tipos de reacciones entre la gente y es de eso es de lo que quiero hablarles, mejor dicho, escribirles.

Están los que encuentran en estas fechas un pretexto para intentar llenar el hueco que sienten con regalos, viajes, pachangas. El medio (regalo) se vuelve un fin y lo único que les queda al final de todo son deudas y crudas, físicas y espirituales. No es que me disgusten esas cosas, pero creo que hay un tiempo y una medida para todo. Como dice mi Madre, ni tanto que queme al santo, ni tanto que no lo alumbre…

Están los que podría denominar “Grinch”, los que tiene fobia o aversión a la Navidad, ya sea porque su religión se lo indica o son libre pensadores en este respecto y simplemente porque la mosca vuela, la Navidad viene a ser algo así como una tortura kármica con la que parece que están pagando deudas de otras vidas. Se la pasan luchando literalmente contra toda la alegría que rodea esta época y pareciera que todos se ensañan con su paz. Nohayqueser!! Un poco de alegría no le hace mal a nadie.

Están los que les gusta la Navidad pero tienen miedo que se vuelva una fiesta comercial (como un Sacerdote amigo de una amiga) quien en una carta mensual comenta: “Ni en hablar de las superficiales y transitorias alegrías de tan atractivos colores de lo árboles artificiales y de los frágiles adornos navideños”. Y estoy de acuerdo con él ya que la Navidad es una oportunidad para recordar que lo que estamos celebrando es un cumpleaños, el de Jesús, y que si lo olvidamos, la fiesta no pasa de ser sólo eso, un festejo hueco y sin sentido.


Yo te invito a que vivas estas fiestas como quieras, sin olvidar que es precisamente época de fiesta, no olvides al cumpleañero (Jesús) y sobre todo, puede ser un excelente pretexto para darle gracias a EL por todas las bendiciones recibidas en este 2007.

Lector Querido, en esta Navidad, que DIOS nazca en ti,

Un abrazo,

El Escribidor

domingo, 2 de diciembre de 2007

Ten cuidado porque te castiga DIOS…

Ten cuidado porque te castiga DIOS…

Monterrey, N.L. a 2 de Diciembre de 2007

Así comenzaba su discurso la menor de mis hermanas, cuando quería convencerme de no hacer algo (o de hacer algo, según fuera su conveniencia) y yo, inocente pobre amigo, le creía; ¡como no le iba a creer si era mi hermana que me quería mucho (según me decía)! y que siempre buscaba lo mejor para mí (ajá!). Total que viví mi infancia cuidando no hacer cosas que hicieran enojar al SEÑOR porque si no, pobre de mi!!! y dicho sea de paso, dejé de hacer muchas cosas, que estoy seguro, hubieran sido de su agrado.
Seguí creciendo y cuando las cosas iban mal, pensaba para mi mismo: “es que DIOS me castigó” y cuando iban bien, pues, fue chiripa y tuve suerte.
No fue sino hasta ya entradito en años, cuando me percaté que la vida funcionaba de otra manera y que la verdad, eso de que DIOS se la pasara poniendo estrellitas, a los bien portados y manazos, a los mal portados, me parecía una idea de lo más absurda. Y no fue hasta el momento, que yo considero que tuve mi encuentro personal con DIOS, cuando me di cuenta que a ÉL le importa más que caiga y que me levante, que castigarme cada vez que me caigo.
Entonces comencé a leer aquí y allá, buscando una explicación convincente para todas esas ocasiones cuando pasan cosas duras (que a veces parecen castigos divinos o desquites celestiales) y me encontré con un concepto que viene de la India y que a mi gusto, refleja de una manera más atinada el porque suceden este tipo de cosas: El Karma. Dice uno de sus muchos conceptos: Es la ley del crecimiento psico-espiritual que involucra una reacción igual y en sentido contrario para cada acción. Si la acción es buena, la reacción es buena; pero si la acción es mala, la reacción es mala. Ah!! Ya entendí! –dije para mí-.
Las cosas tomaron sentido: si estudio, paso; si no, repruebo. Si soy tragón, estoy panzón; si no, flaco. Si me cuido, tengo salud; si no, me enfermo. Si mal administro el dinero, nunca me alcanzará. Si no cuido mis cosas, terminarán por dañarse y perderlas.
Si no pago mis deudas, me perseguirán los acreedores. Si vivo peleando, tendré mucha violencia en mi vida.
Pero también, si soy caritativo, nunca me faltará nada. Si soy amable, los demás serán amables conmigo. Si soy trabajador, siempre tendré prosperidad, etc.

Y cada vez más, me di cuenta que a cada mala acción nuestra, recibiremos una revancha negativa en contra. Pero, si la acción es positiva, hay una positiva a nuestro favor.

Ok! Ya se lo que sucede a cada acción mía, pero, ¿Qué papel juega DIOS en esto?
Bueno, lo más maravilloso de esto es que DIOS está encima de todo y que basta con que tengamos Fe y un arrepentimiento auténtico, para que podamos escapar al rebote negativo de nuestros actos. Se que esto va a levantar polvo, pero antes de que me apedreen, quiero dejar bien claro, se trata de una actitud de arrepentimiento por haber actuado mal y de una búsqueda de la ayuda y del perdón de DIOS.

Hoy me doy cuenta que como me va en la vida es producto de mis acciones, sin embargo, se que en cualquier momento puedo aspirar a una mejor estadía si volteo mi mirada hacia DIOS.

Lector Querido, para que siempre analices tus actos con los Ojos de DIOS, un abrazo

El Escribidor

miércoles, 21 de noviembre de 2007

Mira manita, yo que tu…

Monterrey, N.L. a 21 de Noviembre de 2007

Es una frase que francamente hace que me hierva la sangre, déjenme te explico porque.

A todos nos sucede que en algún momento de la vida, no sabemos ni donde es arriba ni donde es abajo.
Hablo de ese momento donde nos encontramos ante una encrucijada que nos tiene completamente desconcertados y que, cual neblina en carretera, no nos permite ver más allá de nuestras narices.
Me refiero a esos momentos de completo desconcierto y total incertidumbre que hacen que nuestra vida se congele repentinamente ante la duda. Ya sea que tengamos un problema ante el cual tengamos que tomar una decisión dolorosa; o puede ser que estemos ante una disyuntiva que cambiara nuestra vida; a lo mejor estamos frente a una bifurcación que afectará a varias personas alrededor nuestro; en fin, sea cual fuere el caso, el punto es que estamos en un instante donde somos tan sensibles que hasta el aire nos cala.

Y entonces, de no sé donde (yo creo que de alguna alcantarilla mal cerrada) aparece una señora con su frase hecha: “Tu cuéntame, manita, soy toda oídos” (o su versión masculina: “Te escucho, compadrito”) y con una enorme labia (que ya envidiaría cualquier político) hace que la persona en crisis abra su corazón, y le cuente su problemática, pensando que está abriéndose ante una persona de confianza; más frases hechas: “Descuida, tus secretos están a salvo conmigo, para eso somos amigas”.
Y viene lo más grave del asunto: “Mira manita, yo que tu…” dice la “consejera” y le entrega una recomendación totalmente falta de compromiso, de empatía y de análisis previo, nomás así lo primero que se le viene a la cabeza sin más reflexión ni más nada. Y con una actitud irresponsable y “con la mano en la cintura” puede recomendar cambiar de trabajo, dejar al marido, divorciarse, cambiar a los hijos de colegio, demandar al patrón, etc., etc., etc. sin dimensionar la magnitud de dichos actos.
Dependiendo de la madurez y del grado de la crisis que esté viviendo el “aconsejado”, puede o no tomar la sugerencia, sin embargo, es alto el nivel de impacto de ese “consejerillo” irresponsable dado que normalmente son personas allegadas.
Y remata con un “tu aviéntate, yo te apoyo” pero, ¿saben cuánto dura ese apoyo? Lo mismo que un dulce a un niño, ¡Nada! Después de que la decisión es tomada, los consejeros se desentienden completamente del asunto y a lo sumo, se acercarán a preguntar: “¿y finalmente como te fue?”.

Yo no estoy en contra de aconsejar a los demás en esos momentos de vacilación, pero creo que nuestra actitud debe ser mayormente de escucha, de empatía y sobre todo, antes de emitir cualquier opinión, debemos pedirle DIOS luz al aconsejar, para que nuestro parecer refleje completamente los designios de ÉL y no nuestra miseria humana. Y debemos estar conscientes que el aconsejar lleva consigo un compromiso, el de asumir una postura de ayuda ante las situaciones que pudieran generarse a raíz de nuestra recomendación.

Ya he comentado otras veces que Carlos G Vallés es uno de mis autores favoritos, quiero transcribir un párrafo de su libro Gustad y Ved, Los Dones del Espíritu, Ed. SAL TERRAE donde habla del Don del Consejo:

“Este es el gran servicio que podemos darnos unos a otros ayudarnos a vivir con ayudarnos a tomar decisiones en la vida. La palabra oportuna, el consejo leal, el momento de luz cuando todo era oscuro, la alternativa inesperada cuando nadie veía solución. Y el escuchar callado, reverente, largo y atento cuando alguien habla en confianza de su lucha con la existencia, de su desilusión ante el amor roto, de su duda ante el futuro, de su desánimo o de su confusión. Silencio que puede ser el mejor consejero ….”

Lector Querido, para que siempre tengas un corazón presto a escuchar y apoyar, un abrazo

El Escribidor

lunes, 12 de noviembre de 2007

Cambia, todo cambia…(tengo miedo parte I)

Monterrey, N.L. a 15 de Octubre de 2007


Así dice una canción y así dice la vida. Y al que no cambia, lo cambian.

Dios nunca es igual, siempre está cambiando, nunca se repite, siempre es nuevo. Como dice en Apocalipsis 21:5 He aquí, yo hago nuevas todas las cosas.

Dios es vida y movimiento a la vez.

Y la vida, nunca es igual, siempre está cambiando, nunca se repite, siempre se renueva.

¿Han notado Lectora, Lector Queridos, que cuando el agua se estanca, se pudre? y que decir de la sangre, siempre ha de estar en movimiento o se coagula.

Entonces, ¿por qué el hombre se aferra a estancarse siempre en un solo sitio? ¡Sepa!

Sucede que cuando llega el momento de realizar algún tipo de cambio a la mayoría de las personas les entra un miedo de aquellos en gran medida por lo incierto de lo venidero. Yo le llamo miedo primario que viene a ser cuando salimos de nuestra «zona de confort» y nos aventuramos -a fuerza del cambio mismo - en una tierra desconocida. Ya sea porque nacemos, crecemos, nos casamos, nos separamos, trabajamos, dejamos de trabajar, envejecemos, morimos, es decir, cada situación de nuestra vida conlleva un cambio y normalmente nos da « cus cus».

A pesar de que ese movimiento nos pudiera llevar a situaciones más prósperas y beneficiosas, nos aferramos y nos resistimos; y muchas veces, termina sucediéndonos como a los grandes árboles cuando sopla el viento fuerte, terminamos por resquebrajarnos. Deberíamos seguir el ejemplo de la hierba que ante un temporal, se dobla pero no se rompe.

Resiliencia es la palabra, la cual no es otra cosa que «aguantar vara».

Hay cambios que vienen patrocinados por la vida y ahí no hay de otra que que apechugar;
en cambio, otros nos los recetamos nosotros mismos. Los primeros hacen acopio de nuestra capacidad de adaptación y de nuestra fortaleza. Los segundos, aunque pudiéramos pensar que son más calculados, tienen el factor humano que suele provocar resultados completamente inesperados, a veces salen bien y terminamos en un mejor lugar pero a veces nos falla y nos «va como en feria».

Permítanme mencionar un aspecto más del cambio: siempre va para adelante, nunca para atrás. Aunque en un arranque de terror optáramos por «rajarnos», no hay marcha atrás.
Ni las circunstancias, ni las personas, ni los momentos, pero sobre todo, ni la comodidad perdida se pueden recuperar. A palo dado ni Dios lo quita. Posyaque!

Hoy quiero dedicar mi artículo a una de mis hermanas, ella, en un cúmulo de valentía y de miedo - valiente no es el que no tiene miedo, sino el que lo tiene y lo enfrenta- decidió tomar un camino para nada sencillo. Tomó la decisión de hacer algo que le permitirá vivir de pie y con la mirada en alto. Yo en su lugar, temblaría como gelatina.

Pero estoy seguro que las cosas irán por un camino que en el peor de los casos, será mucho más pleno y lleno de satisfacción que el otro. ¡Saco los cohetes!

¿Sabes una cosa Lectora, Lector queridos? Resistirnos al cambio no impedirá que la vida siga su curso, lo único que provocará en nosotros es una enorme angustia y un terrible desgaste porque las cosas son como son y no como quisiéramos que fueran. Me vi muy Zen pero así es.

Por eso, siempre a mí me gusta dejar en manos de ÉL el ritmo de la vida y yo me quedo con la obligación de disfrutar cada momento…Yo «flojito» y cooperando.

Hay una oración muy popular que a mí me gusta mucho y que resume exactamente lo que con muchas palabras quise transmitir:

Señor, dame valor para cambiar las cosas que puedo cambiar,
Serenidad para aceptar las que no puedo
Y sabiduría para distinguir la diferencia.

Lectora, Lector Queridos, para que siempre seas dócil al cambio, te mando un abrazo cambiante


El Escribidor

martes, 16 de octubre de 2007

Y tú, ¿cómo le hablas a DIOS?

Y tú, ¿cómo le hablas a DIOS?

Monterrey, N.L. a 15 de Octubre de 2007

Hoy se me antoja hablar de la comunicación, pero más que la que tiene que ver con nuestro entorno, quiero hablar de esa que nos permite tener vida y fuerza para vivir, nuestra relación con DIOS.
En nuestra comunicación con DIOS hay tres factores: la llamada, el mensaje y la respuesta.

Hablemos de la llamada,

¿Cómo te diriges a DIOS? ¿Acaso lo haces como si estuvieras hablando con el Padre más amoroso que haya existido quien escuchará cada una de tus peticiones? ¿O le hablas de con una plegaria desesperada y llena de agobio? ¿Tus rezos los haces como quien le habla a alguien muy cercano? ¿O los haces como si estuviera lejísimos e inalcanzable? ¿Tus preces son repetidas y llenas de Fé? ¿O es una jaculatoria simple y tibia? Cuando Pides, ¿das por hecho que la ayuda está en camino? ¿O no esperas nada?
En el momento más difícil, ¿eres capaz de abandonarte en DIOS? O ¿buscas por todos los medios humanos resolver tu problema por si DIOS no te atiende? ¿Crees en los milagros o crees que son coincidencias?

Ahora, hablemos del mensaje,

Existen quienes le llaman cuando necesitan algo y no son capaces de obtenerlo por si mismos. Recurren a ÉL como quien recurre a un proveedor que tiene la obligación de atender sus necesidades a cambio de una oración interesada: “Yo te rezo, TÚ me concedes mi favor, ¿sale?”
Hay otros, que le buscan desesperadamente sólo cuando “aprieta el zapato”. Probablemente, durante muchísimo tiempo ni se acordaron de DIOS, pero tan pronto como comienzan “las pruebas” de la vida, se vuelven los religiosos más llenos de fervor: “Diosito, si me concedes la solución de este problema, te prometo una manda al Santuario este doce de diciembre, ¿si?” y tan pronto como su problema se resuelve, vuelven a guardar a DIOS, hasta la siguiente necesidad.
Hay también, quien pretende obtener ayuda de ÉL sin dirigirse a ÉL, recurren a cuanta novena, oración, santo, Virgen, etc. les llegue a la mano: “Reza esta novena, es muy milagrosa –aseguran esas señoras que de pronto aparecen de quien sabe dónde-. ¿Y el verdadero hacedor de milagros? ¡Posabe!
Y tenemos a los que pretenden manipular a DIOS, haciendo “tratos” de lo más absurdo pretendiendo que puede manejarlo a su antojo: “Si me saco la lotería, le doy la mitad a los pobres” o, “Señor, si de veras me quieres, quítame esta enfermedad” o aún más ridículo: “si me va bien en este negocio, te prometo veinte misas”.


Y Finalmente, hablemos de la respuesta,

Definitivamente DIOS contesta, siempre de la manera que mejor nos conviene, pero somos tan ciegos, que somos incapaces de reconocerlo. Creemos que la solución de nuestros problemas fue más debida a nuestros esfuerzos humanos que a un origen Divino. Hay un chiste que me gusta mucho para ejemplificar este punto: “En un pueblo, había un hombre que presumía de tener mucha FE en DIOS. Resulta que un día, hubo en la región una gran inundación. Cuando el agua llegaba a las rodillas, se apareció un desconocido en lancha y le dijo al hombre: -¡Vámonos! Porque el pueblo se inunda- a lo que el hombre contestó: -Yo tengo FE y DIOS me va a salvar-.
Tiempo después, el agua llegaba hasta los techos de las casas, pasó otro desconocido y le dijo al hombre testarudo: -¡Es hora de irnos!, ya no queda mucho tiempo-; a lo que el hombre contestó: -Yo tengo FE y DIOS me va a salvar-.
Finalmente, llega un helicóptero y le dice al terco hombre, trepado en un techo de una iglesia: -¡Es su última oportunidad! Suba por favor-, el hombre inquiere: -Yo tengo FE y DIOS me va a salvar-. Total que el hombre muere y va al Cielo, al llegar, con una mueca de leve molestia, le pregunta al Creador: -¿Por qué no me salvaste?, siempre tuve FE y creí en TI-. –Mira Hijo- contesta el SEÑOR, -sabes que te quiero mucho, por eso te mandé dos lanchas y un helicóptero, pero tú no te quisiste subir-“.

No importa la religión en la cual descubriste a DIOS, importa más que ya lo conoces y sobre todo, que vivas una vida llena de oración, no para llenarlo a ÉL de Gloria sino para llenarte a TI de ÉL.

Lector Querido, ¿tu cómo le hablas a DIOS?

Un abrazo,

El Escribidor

sábado, 6 de octubre de 2007

Hay de pérdidas a pérdidas...

Lector Querido, te advierto que con este artículo busco abrir en tu conciencia una herida grande y profunda, ojalá que te salga una ampolla muy grande o ya de perdida, que te de una comezón de aquellas que ni con Caladryl se te pueda calmar.

Para ponernos en contexto, permíteme comentarte que partiendo del hecho de que seas religioso o no, puedes llegar a pecar -dañar, afectar, lastimar, molestar, fallar, ignorar- de pensamiento, palabra, obra y omisión.

Lo que significa que puedes ir desde la más leve de las afectaciones -el pensamiento- pasando por la más común y venenosa -la boca- hasta la más completa, la acción misma.

Pero existe una manera por demás mediocre, cómoda y tibia de pecar: la omisión, que no es otra cosa que no hacer nada. Nos quedamos como en stand by ante la necesidad o problemática del prójimo y es que es más fácil no meterse en broncas ni complicaciones, al fin y al cabo, tenemos muchas cosas más importantes que hacer.

Quiero hablar de tres casos, los tres conllevan una pérdida, los tres tienen soledad, los tres me hicieron plantearme varias preguntas: ¿y los supuestos amigos? ¿Y las condolencias? ¿Dónde está la solidaridad?

La primera pérdida, a mi amigo se le murieron su papá y sus amigos el mismo día. Yo ni supe, fue de esas veces que Dios te lleva a un lugar porque quiere que asistas.

Me lo encontré y me enteré. Me acerqué a decirle que lo quiero y que ahí estoy para lo que se le ofrezca. La pérdida ya estaba dada; el corazón ya sufría; sólo le sobé un poquito.

Mi amigo estuvo en grupos y más grupos, es especial parroquiales, pero resulta que ese día, cuando se le ocurrió morirse a su papá, los amigos estaban demasiado ocupados para asistir al amigo, para soportarlo un poco, para condolerse con él.

 Omisión a todo lo que da!!!! Y los pretextos sobran: no me llegó el mail, tenía una llamada perdida pero no reconocí el teléfono, ya lo iba a buscar pero tuve un problema, tengo mucha chamba, me queda muy lejos. ¿Yamiqué?

La segunda, a un cuate -me pasó lo que pasó con Mochin, no alcanzamos a ser amigos- que gozaba de plena salud, una vida promisoria, una familia feliz y próspera, de pronto, le tocó partir sin decir adiós.

Una pérdida, como dice la canción: the good die young (los buenos mueren jóvenes). Una esposa desolada, un hijo desconcertado.

Mi amiga, triste a más no poder, perdió a su hermano. ¿Y los demás? ¿Los cientos de personas que conoció cuando joven? ¿Los amigos de los grupos parroquiales? La omisión se hizo presente otra vez. ¿Yamiqué?

Por último, una pérdida de esas que nomás son materiales, a la señora de la limpieza de la compañía para la que trabajo, le robaron veinte mil pesos de su casa.

A mí se me hace una cantidad muy respetable, imagínense lo que representa para una persona que gana apenas arriba del sueldo mínimo. Si no eran los ahorros de toda su vida, al menos lo eran de una muy buena parte de ella. Y se desahogó con la gente de la oficina, pensando que depositaba sus penas en gente que la estimaba. Pero ¿saben qué hizo la gente que escuchó sus lamentos? Se lo recuerda cada vez que la ve: Todavía tiene los ojos rojos de tanto llorar Señora, -le dicen- es que no es para menos. O sino dan rienda suelta a su morbo: ¿Ya sabías que a la señora le robaron? –Con un tono como de vecindad-. Pero, ¿Alguien se ha acercado a ver cómo le va a hacer la señora para pagar sus recibos? ¿O con qué va a comer? ¡Para nada! Al fin y al cabo, es la señora de la limpieza y ya debe estar acostumbrada a esas cosas. ¿yamiqué?

Recuerdo hace unos días, uno de mis subordinados tuvo una pérdida, se le murió el perro y estaba muy preocupado porque no sabía cómo iba a decirle a su hija la verdad. Me quedé pasmado al ver tanta urgencia ante una situación tan trivial. Es que hay de pérdidas a pérdidas. Para él es el fin del mundo que se muera su mascota pero, ¿y la señora de la limpieza? Esa no es mi bronca.

Justamente ese es el problema que quiero enfatizar, vivimos ensimismados en nuestro propio bienestar y nos volvemos egoístas e inmunes al dolor ajeno, a tal grado que perdemos la noción de las cosas y su verdadera dimensión, olvidamos que como humanos estamos en niveles de vida y de madurez diferentes y que mientras más ascendemos, en lo material y lo espiritual, nuestro compromiso con los demás aumenta. Dios espera más de nosotros mientras más tenemos: Siervo flojo y malo, te di un talento….

Lector Querido, un abrazo para que no pases indiferente ante los sufrimientos y necesidades de los demás,

El Escribidor

Monterrey, N.L. a 6 de Octubre de 2007

sábado, 29 de septiembre de 2007

Reencontra-2…

Monterrey, N.L. a 24 de Septiembre de 2007

Pues me eché el reencuentro, me eché la boda y me llené de dicha, como diría mi maestro de matemáticas: «déjenme les cuento…».
Resulta que toda mi estirpe estaba lista para el disfrute: las infantas, el infante y mi esposa. Ya bien preparados y maleta en mano, nos dispusimos a partir a ese viaje tan esperado (y desesperante).
Hace mucho que no tenía una plática bien sabrosa con mi mujer, lo único que me costó trabajo fue mantenerme despierto, porque a la dueña de mis sueños, se le ocurrió ni más ni menos que platicáramos a eso de las dos de la mañana, ¡posyaqué!! Hablamos de todo y de nada, lo importante y delicioso fue hablarnos y escucharnos, he ahí lo maravilloso del momento. Y lo único que se me ocurrió decir cuando nos ganó el cansancio, fue: ¡otra! ¡Otra! ¡Otra! (si es más temprano, ¡mejor que mejor!!!).
Mi Aguascalientes querido nos recibió con un gélido clima, que fue contrarrestado con el cálido abrazo de mi hermana, tan hospitalaria como siempre.
Y llegando y haciendo leña: nos fuimos a desayunar con mi madre, mis hermanas y cuñados. La comida, de lujo en un restaurante sencillo, la compañía inmejorable. Ahí llegaron los novios, felices de estar a punto de comenzar una nueva vida y yo feliz con ellos. ¡Saco los cohetes!!!
El resto del día, nos dedicamos a ir a nadar a una alberca que más bien parecía pileta para lavar trastos y al final del día, rematamos con una carne asada (idea mía) al estilo Aguascalientes (idea de mi cuñado). Parecía como si nadie se hubiera visto en años y se veían ansiosos por ponerse al día, realmente, pocas veces había visto mi familia tan madura y tan en paz, ¿Qué les costaba muchachos?
Mi mujer, haciendo lo que tanto me cuesta trabajo a mí, socializando con todo mundo y no paró en toda la noche, es que le encanta ser ajonjolí de todos los moles.
El sábado, a mi se me hace que me lo robaron, porque entre el estrés de mi hermana perdida y hallada en la tarde y esa dramática cita en la estética, donde mi esposa fue, según palabras propias, a que la pusieran bien guapa, ya era la hora de asistir a la misa.
La misa tuvo un momento que me encantó, cuando los papás de los novios, a petición del sacerdote, le entregaron el futuro de sus hijos a Dios, de verdad un momento muy emotivo y sobre todo, se me hace que hasta a Dios se le rodaron un par de lágrimas de pura emoción.
Al concluir la misa, otro momento de esos que se quedan tatuados en el alma con tinta que no se borra ni con láser, nos encontramos con el resto de mis familiares. Mis sobrinos no vistos, mi hermano el cometa (por eso de que lo veo cada cuatro años), los bisnietos de mis hermanos y también, la nueva familia (la del novio), tengo fotos donde consta que todos estábamos de muy buen humor y dispuestos a gozar como niños en parque.
Luego la boda civil, nada que ver con la misa, fue eso, un trámite, como diría mi sobrina la más fresilla, estuvo equis uei…
En la fiesta, teníamos toda la intención de sentarnos en mesas vecinas con el afán de pasarla en grande y en nuestro afán de sentarnos todos juntos, nos quedamos con una mesa desolada, con mi hermana y mi cuñado, otra hermana que desertó en cuanto me descuidé y una esposa ausente, pues anduvo como madre de novia, de mesa en mesa, organizando lo que seguía (así me lo platicó), cuidando que a la novia no le faltara nada y con un arrojo que ya quisiera cualquier torero, se paró a cantar, en un acto que dejó a propios y extraños con la boca abierta.
Bailé (o intenté) con mi mujer, con mis sobrinas y con una dama muy especial, que ya me había pedido que lo hiciera con ella desde antes de comenzar la fiesta: con mi hija menor.
Y cuando nos cayó la tambora, pues nos fuimos a dormir, es que esa música como que no se nos da.
Dicen por ahí, que hubo gente muy avezada e intensita que le siguió hasta que amaneció y fue a dejar a los novios al aeropuerto y a desayunar, bien por ellos, siempre hay que acabarse las fiestas hasta que no se pueda más, les prometo que las siguientes fiestas no dormiré.
El regreso, lo más triste. Como que siempre se queda un pedazo de cada quién en esos encuentros. Mi sobrina la más fresilla me pidió que repita otro encuentro, pero que no sea hasta que haya otra boda, lo haremos, tienen mi palabra de boy scout.

A mis familiares, un abrazo y un beso por todos los que no les puedo dar seguido,

A mi Madre y hermanas, gracias por su hospitalidad, las quiero mucho,

A mi esposa e hijos, para que siempre disfruten y cada vez más de cada momento de su vida, un abrazo,

Querido Lector, un abrazo para que te reencuentres con los tuyos,


El Escribidor

jueves, 13 de septiembre de 2007

Amarillo no te pongas!!!...

Monterrey, N.L. a 13 de Septiembre de 2007

Resulta que estoy a punto de ir a un nuevo reencuentro con mi gente y mi tierra. Extrañamente, el pretexto vuelve a ser una boda… me la echo. Ya tengo ganas de entrarle a la bailada, a la platicada y al disfrute. Quien quite y ahora si nos reunamos toda la familia, toooodos los nueve hermanos (más asociados, retoños, etc.)!!!
Como diría mi suegro: “échate una familita!!!!”

Mientras nos preparamos para la pachanga, mi esposa, se encarga de castigar mi cartera: que si un vestido para las niñas, que si zapatos, que si el peinado, que si las uñas, total, que no veo el fin de este martirio financiero. –Pero, tienes un chorro de zapatos- cuestiono a mi cónyuge; -si, pero no tengo dorados de tacón-. Pobre de mi…

En medio de todo este rollo pre-fiestero, aparece uno de mis pupilos y me comenta con la emoción como quien acaba de ganarse un premio: -¿Supiste de la explosión?-, intenta entablar una conversación amarillista; -Na! No veo noticias-; -yo tampoco- afirma muy orondo, -nomás las prendo mientras me arreglo…- y se aleja a conseguir una persona que comparta su predilección. Me imagino que solamente ve las noticias de los ojos para afuera (es el mismo pupilo que me explicó que la razón por la que no entiende la información técnica a veces, es porque lee de los ojos para afuera). Y sin quererlo y sin creerlo, es un hijo de la manipulación mediática, ¿será casualidad que el logo de esa empresa sea del color amarillento? ¡Yaqué!

Si abro mi cuenta de correo personal, recibo aproximadamente dos correos que realmente que me interesan y decenas de correos amarillosos, donde me invitan a pedir por un niño que está enfermo de cáncer, o intentan tocar mi corazón con fotografías desgarradoras, o me mandan un mail que si mando a diez personas que conozca, recibiré una sorpresa en menos de una hora, o me mandan una cadena para conseguir la riqueza si la sigo, o la desgracia si la rompo. Y pudiera enumerar los más variados tópicos (desde el amarillo claro hasta el amarillo oro) que atañen a este tipo de mensajería (religión, superación personal, política, chistes, etc.) la cual sólo tiene un fin: conseguir bases de datos para después inundarnos con miles de correos llamados spam haciendo uso del morbo amarillento que cada humano tiene dentro de si. Y créeme Querido Lector, todos caen!!

Si circulo por una avenida y el tráfico está lento, estoy seguro que sucedió un accidente, ¿sabes Querido Lector, de qué lado es más lenta la fila? Efectivamente, del lado que no hubo accidente, ya que todos los que pasan al frente del evento, hacen gala del reportero que todos llevamos dentro, disminuimos el paso, contamos los involucrados, sacamos conclusiones de quien fue el culpable, nos lamentamos por la gente que chocó y de paso, detenemos el tráfico. Al llegar a la oficina el argumento es: -Nombre, había un chorro de tráfico, es que chocó una camioneta y un Chevy, pobre cuate-, ¿Yamiqué?

El otro día, recibí un correo de una amiga, que también es mi Comadre, donde demuestra su indignación por, voy a tratar de escribir más o menos lo que decía: que un hombre con una pistola apuntó al Padre Rogelio, hasta la gente se tiró al piso. Yo estuve en Misa, ese día, a esa hora. No me consta que la persona no trajera una pistola, pero la verdad, tampoco me consta que la tuviera. Nadie se tiró al piso (además de la persona que le platicó a mi amiga) solamente hubo una señora que se alejó del fulano. Lo sacaron entre dos personas y el pobre cuate iba gritando que no le hicieran nada, se me hace que tenía más miedo que un ilegal al brincar la frontera, a todas luces, se trataba de una persona que no está bien de sus facultades mentales. Claro que asusta ese tipo de situaciones, pero lo reprobable para mí es el hecho de aumentarlas de tamaño y cambiarlas de color, ¡Yanilahacen!

Yo sé que este tipo de artículos no suelen ser los favoritos, sin embargo, en la medida que terminemos con ese áureo color y nos volquemos hacía DIOS, podremos lograr algo que es escasísimo en estos días: la paz.

Ya para terminar y para aportar mi dosis de amarillismo, resulta que tengo un amigo que afirma que cada vez que toma leche, muere alguno de sus familiares. Mi querido amigo, el día de mañana comenzaré una colecta en todo Monterrey para juntarte todo tipo de juguitos, tesitos, sodas, calditos, agüitas de sabor, etc. Todo con el fin de que no vuelvas a tomar ningún tipo de líquido lácteo y conserves tu familia el mayor tiempo posible, ¿sale?

Querido Lector, un abrazo de color para quitar lo amarillo de tu vida,


El Escribidor

jueves, 30 de agosto de 2007

Hay de ídolos a ídolos

Monterrey, N.L. a 30 de agosto de 2007

Tengo apenas casi dos semanas sin escribir y ya siento que nunca he escrito, pero, las ganas están igual y espero que mis escritos, mejores.
El miedo es un tema que me apasiona, razón por la cual, me tomaré todo el tiempo que sea preciso hasta que me quede un artículo de lujo, digno de ser leído y reflexionado por ti. O sea que el miedo puede esperar.
Entre tanto, déjame abordar una situación que muchas veces causa enormes tristezas y malestares, al contrastar una idealidad con una realidad: el ser que imaginamos, casi perfecto, con el real, completamente humano e imperfecto.

Para ejemplo, un botón.

Resulta que una buena amiga, sin quererlo se ha convertido en mi colaboradora, al platicarme acerca del terrible hallazgo, de un rasgo oscuro y desconocido, en una persona que a sus ojos, era el modelo de hombre de familia: un ejemplo a seguir. No importa lo que descubrió, sino el impacto negativo en su ánimo, en un “tris” se cayó el ídolo, se hizo añicos y llegó una enorme decepción, al percatarse que el sujeto ideal que creo en su cabeza (probablemente debido a sus reiterados discursos y peroratas relativas a la familia, a la unión, a su importancia, a sus valores, etc.) había pasado por situaciones completamente opuestas a lo que predicaba. Algo así como un rico hablando de austeridad; o un narco hablando de moral, ¿me captan la idea?
No juzgo al sujeto y a su error, (aquel que esté libre de pecado...) lo reprobable es presumir de lo que careces.

Ahora bien, nadie le pidió a mi amiga que se formara ese ideal, porque eso si, el formarse ídolos es un acto de completa y plena libertad, lo hacemos porque se nos pega en gana. Les sucede a los novios en la etapa de la conquista, todo es perfección, el mejor cuerpo, la mejor cara, la mejor sonrisa, en pocas palabras, a golpes de pura miel, se va formando un ídolo del ser amado. Pero pasa el tiempo y con él, se cae la venda de los ojos y los “detallitos” aparecen: que si muy celosa, que si muy mandón, que si muchas amigas, que si muy aislado, que si muy flojo, que si muy mimada; el ídolo se comienza a cuartear, explota en mil pedazos y viene el desencanto. Aquí es donde amores se afianzan, los más maduros y los otros, simplemente se mueren.

Yo creo que en cierto modo, todos estamos expuestos, a veces hasta dispuestos, a idealizar a las personas que vamos conociendo; como que se vuelve un buscar y buscar ese amigo perfecto, esa media naranja, ese jefe excelente y nos la pasamos haciendo ídolos para después romperlos. A veces, hasta de DIOS hacemos ídolos, se me hace que por eso los prohibió. Cuando nos va bien, nos creamos el del DIOS bueno que quiere prosperidad para nosotros, nos sentimos los elegidos. Cuando nos va mal, rompemos el del DIOS bueno y hacemos uno nuevo, el del DIOS castigador y vengativo, nos sentimos los expulsados. Y ahí vamos, hace y rompe, hace y rompe.

El secreto para cambiar este hábito (le llaman madurez) consiste en disfrutar de la persona que conocemos, aprender de ella lo que nos parezca atractivo e imitable. Siempre desde la perspectiva de un humano a otro humano, reconociendo que aunque cuenta con atributos o dones que lo hacen admirable a nuestros ojos, tiene también errores e imperfecciones que lo hacen más humano. Quizás si mi amiga hubiera “aterrizado” la imagen de este cuate, la situación en este momento sería completamente diferente, su admiración estaría intacta y su corazón estaría contento. Porque son justamente las grandes expectativas de la idolatría lo que nos hace sufrir cuando se contrastan con los pobres atributos de la realidad.

Y hay una frase de Buda que me encanta: El dolor es inevitable pero el sufrimiento es opcional.

Lector Querido, un abrazo tan fuerte que rompa todos tus ídolos,

El Escribidor

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sábado, 18 de agosto de 2007

Del odio al amor hay solo un paso

Monterrey, N.L. a 18 de agosto de 2007

El tercero de los jinetes del Apocalipsis de la persona es el odio. Se entiende que odio es un sentimiento de aversión y rechazo, muy intenso e incontrolable, hacia algo o alguien.

Aprendemos a odiar solitos y solitos lo vamos perfeccionando, a tal grado que llega un momento que sólo pensamos y vivimos para la persona o cosa que detestamos: nos encadenamos a ella. Como todas las cosas en la vida, tiene un principio y la mayor de las veces es trivial, probablemente una frustración mal manejada, un amor no correspondido e incluso, porque no, un capricho no concedido. Se siente igual que cualquier berrinche, con la diferencia que su duración tiende a alargarse y la intensidad va en crescendo.

La culpa y la mentira, como que son los hermanitos pasivos y solo afectan a la persona; el odio y el miedo nos mueven a realizar actos extremos (si no, pregúntenle a Osama) y es que está en su propia definición, intenso e incontrolable. Cuantas veces me tocó llegar a conocer actos sin nombre cometidos por mujeres u hombres despechados. ¡Cuídate de la mordida de una cobra, del piquete de un alacrán y del odio de una mujer!

El odio es tan intenso como el amor pero, a diferencia de él, se puede odiar a más de un individuo a la vez. Así como hay amores platónicos hay odios platónicos, donde la persona odiada ni por enterada y nosotros vamos consumiéndonos poco a poco, acabando con nuestra felicidad y hasta con nuestra salud (ya que se le ha relacionado con ulceras estomacales y con enfermedades cardiacas). Odio, luego existo.

Hay un término que mi mamá usa para referirse a las heridas infectadas, ella dice que cuando una herida está llena de pus y huele mal es porque está enconada. Encono es un sinónimo de odio y justamente, cuando detestamos a alguien, vivimos hablando puras pestes de esta persona y normalmente cargamos un “geniecito” que ni Aladino podría con él; es decir, estamos llenos de “pus” en nuestros sentimientos y “olemos” mal en todo lo que hablamos. La gente comienza a sacarnos la vuelta, es que siempre es lo mismo, el mismo tema, el mismo rencor, las mismas quejas….y ¡termina por hartar! ¡Nos volvemos odiosos!

Como todos los sentimientos negativos, comienzan y radican en nosotros mismos y cada quien tiene la capacidad de destruirlos en la medida que adquirimos la madurez emocional. Yo sé que como humanos, somos susceptibles de errar una y otra vez (errare humanum est) pero, hagámoslo como los niños, ellos se enojan, pasan cinco minutos y ya están contentos nuevamente.


Jesucristo nos dice que por nuestras palabras seremos justificados (o condenados), por lo que si siempre estamos hablando de odiar, detestar o repugnar, lo que recibiremos a cambio será aversión, odio y toda suerte de cosas negativas. Aquí está la clave de la solución de este problema: debemos aprender a soltar las cadenas del desprecio, no para liberar a la persona que abominamos, sino para liberarnos nosotros de ese sentimiento. Dice un buen sacerdote, que también es un buen amigo, libérate de la persona que odias mandándole bendiciones y perdón.

Lector Querido, haz la prueba, por un momento recuerda a la persona que más odies y dile: te perdono y te mando bendiciones, de verdad te digo, además del sentimiento de libertad que te llenará, tu vida comenzará a cambiar en ese instante y un montón de cosas maravillosas te sucederán. ¡Fuera odios!

A mis padres, mi amor porque nunca me enseñaron a odiar,

Lector Querido, un abrazo para que lo único que odies sea al odio mismo,

El Escribidor


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domingo, 12 de agosto de 2007

Mea Culpa

Monterrey, N.L. a 6 de Agosto de 2007 La culpa tiene dos acepciones: uno, la responsabilidad de un hecho negativo y dos, el sentimiento provocado justamente por aceptar como propia esa responsabilidad. Haz de cuenta, Lector Querido, que así como la resaca viene después de una borrachera, la culpa viene después de llevar a cabo algún acto que consideramos indigno. Ojo, escribí “consideramos” porque, excluyendo los actos definidos por las leyes o por los cánones de la sociedad, quedan todos los demás que nosotros mismos, en un arrebato de auto inmolación, los calificamos como vergonzosos, inmorales o ilegales y nos sentimos los seres vivos más bajos del universo. Hasta las cucarachas tienen más moral que nosotros. Y la culpa llega y la mayor parte de las veces, se queda para estar mortificándonos por el resto de la vida. ¡Mea Culpa! Pero la cosa no para ahí, acto seguido, nos da la impresión de que llevamos un letrero enorme que dice:”Soy culpable” y sentimos que todas la personas que nos rodean se dan cuenta de esto y que nos critican. Sobreviene la explosión o el aislamiento (según sea nuestro carácter), donde al no poder ya más, mostramos a todas luces, nuestra supuesta “culpabilidad”. ¡Soy culpable lo admito! Este es el momento donde somos más vulnerables y si alguna persona alrededor nuestro es manipuladora, nos manejará con la culpa una y otra vez, hasta el cansancio. ¡Ya ves, siempre es tu culpa! No soy ni psicólogo ni psiquiatra, pero pa’ mi que la vergüenza es la culpa por anticipado. Nuestro primer encuentro con la culpa sucede normalmente en nuestra infancia, cuando por alguna situación trivial, como tirar la comida o caernos, nos sentimos avergonzados. Ante la ausencia de culpa propia, nuestros papás se encargan de proveernos de una culpa ajena: “¿Viste lo que pasó?! Es por tu culpa!. Luego crecemos y comenzamos a “coleccionarlas”. Nos sentimos culpables por malas notas, por portarnos mal, por romper las reglas, por los accidentes, por defendernos, por no defendernos, por pelear y por no hacerlo, por ser audaces y por ser tímidos, etc. En pocas palabras, aprendemos a vivir un mundo donde todos somos culpables a menos que demostremos lo contrario. Aprendemos que si bien la responsabilidad sobre los actos no es importante, si lo es el “colgarle el santito” a alguien. ¿Quién tuvo la culpa? No se diga en un entorno laboral o grupal, lejos de buscar soluciones, hacemos una “cacería de brujas” para determinar al culpable. Nos regodeamos al descubrir vulnerabilidades en las demás personas y no sólo eso, llegamos a sentirnos seudo héroes. ¿Ya supieron quién tuvo la culpa? Lector Querido, si hay algo que quiero transmitirte en este ensayo, es mi plena convicción de que la culpa sirve exactamente para lo mismo que una moneda de cinco centavos: absolutamente para nada. Y por favor, no confundan la culpabilidad con la conciencia. La conciencia actúa pre y la culpa post. La conciencia nos dice de antemano que lo que vamos a hacer no está bien y la culpa nos dice que lo que hicimos no estuvo bien. La conciencia se basa en una corazonada y la culpa muchas veces en un prejuicio. La conciencia nos hace ser mejores cada día y la culpa nos hace sentir peor cada vez. La conciencia es inmune a la crítica y la culpa vive de ella. La conciencia viene de DIOS y la culpa de nuestros "demonios". Hazle más caso a tu conciencia y no permitas que la culpa te impida vivir plenamente. Por favor olvídate de las culpas y busca la solución de los problemas. Enfócate en ser feliz. Si haces algo que rompe las reglas, pero estás convencido, deshazte de la culpa. Lucha contra la vergüenza, piensa que es una culpa chiquitita y que crecerá si no la eliminas ya. Recuerda que la culpa es uno de los enemigos más grandes del autoestima. Dile al mundo en pocas palabras: “¿Me disculpan?”. Mi Amada muchas veces se siente culpable, es miembro honorario del club. Yo le digo siempre, que si quiere darme sus culpas que a mi no me afectan, pero se me hace que al contrario, ella quisiera que yo le diera las mías. ¡Qué mala onda! No tengo ni una culpa pequeñita, ¡ahí pa’ la otra será! Tengo una amiga que vive huyendo de la culpa pero al mismo tiempo, vive amarrada a ella. Ya la compró y no haya como deshacerse de ella. Amiga, pase lo que pase, recuerda que es una cuestión del círculo de la vida, nada que ver contigo, ¡yo te disculpo! Tengo mi propia definición de la culpa, la cual siempre promuevo entre mis hijos y entre la la gente que me rodea: “la única culpa que conozco es una chava que así le decían porque nadie se la quería echar” (no le entendí). A mi Esposa, un beso que quita culpas, A mi Madre, mil gracias porque no me enseñaste a culpar ni a sentirme culpable. Para ti, Lector Querido, un abrazo sin culpa, El Escribidor

sábado, 4 de agosto de 2007

Mentiras Piadosas

Mentiras Piadosas

Monterrey, N.L. a 4 de Agosto de 2007

Lector Querido, se que hay temas difíciles de tratar, no pensé que el de la Denuncia fuera tanto, pero como te me quedaste muy calladito, asumo que preferiste el silencio. Así que mejor hablamos de algo más ligerito y después volveremos a los temas tabú.

Existe lo que yo llamo “Jinetes de la Apocalipsis de la persona” y estos son: el miedo, la culpa, el odio y la mentira. Todos residen principalmente en la mente y en el corazón, comienzan como un sentimiento o un acto inofensivo y pueden llegar a ser verdaderamente molestos y negativos. A medida que los vamos venciendo, nos acercamos cada vez más a nuestra libertad emocional.

Por lo pronto voy a hablar de la ampliamente utilizada mentira, es otro tema que completaría un libro.
Se define como mentira o trápala, a la afirmación de que algo es verdadero con la conciencia de que es falso. Es un acto completamente humano donde en todo momento sabemos que estamos siendo chapuceros. No creo que sea una cuestión cultural ya que en todo el mundo se miente, aunque es más propicio que suceda en algunos países y México se cuenta entre ellos.

Me imagino que como muchas otras costumbres, engañar comienza en el seno familiar, continúa en la escuela y se afianza en el círculo social.

Pinochos modernos, mentimos para salir de toda situación y evadir toda responsabilidad. Si nos creciera la nariz cada que mentimos, puro narigón habría. Hay embusteros para todo: hay quien engaña al patrón haciendo como que trabaja; unos viven una falacia para ser aceptados; otros engañan a su familia o esposa viviendo doble vida; algunos son tan tontos que se engañan hasta a sí mismos y están los más peligrosos, los que viven una farsa llevándose de encuentro a mucha gente crédula: líderes y políticos que han encontrado en la mentira un modo de vida.

Podríamos clasificar la mentira de muchas maneras, pero en esencia, se puede mentir de pensamiento (pienso luego miento), palabra (miento sin pensar), obra (de las transas y otras triquiñuelas) y omisión (verdades a medias), todas ellas por demás deplorables.

Se vuelve tan natural embaucar que hasta justificamos su uso bajo el nombre de “mentiras piadosas”, ¡la manga (como diría un chilango)!!, un embustero siempre es un embustero y una falacia siempre es una falacia, ¡no justifiquemos nuestro miedo a las consecuencias arropándonos en una acto que sabemos que no es otra cosa que una engañifa! ¡Ojala les crezca la nariz a todos los mentirosos y les caiga roña!

Suceden varias cosas alrededor de las farsas, por un lado, está el asunto de la culpa (otro sentimiento inútil) en los de conciencia menos amplia; por otro lado, está la decepción de la persona transada quien difícilmente volverá a confiar en su engañador y por último, están las consecuencias que pueden ir desde lo más inofensivo como un simple regaño y una cara roja, hasta otras de carácter más funesto.

Algo que a mi me regresa el alma al cuerpo es el hecho de que la verdad siempre sale a flote, dijo Abraham Lincoln (no me consta, me platicaron): “Se puede engañar a una persona mucho tiempo; se puede engañar a mucha gente por un tiempo, pero no se puede engañar a mucha gente mucho tiempo”. Al final, la Verdad prevalece y la mentira fallece.

Existe como en todo, gente que hace la excepción de la regla y decide seguir el camino de la certeza: la que siempre evita mentir o que cuando llega a hacerlo, toma responsabilidad de sus actos y endereza el rumbo. Para ellos, ¡una porra con matraca!

A mi Madre, gracias por enseñarme a no decir mentiras,

A mi Esposa y mis Hijos, para que siempre busquen la verdad, un beso,

A ti Lector Querido, para que no mientas nunca, un abrazo.

El Escribidor
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sábado, 28 de julio de 2007

Denuncia

Monterrey, N.L. a 28 de Julio de 2007


Denunciar significa declarar públicamente que cierta cosa se considera ilegal o injusta, bueno, pues esta vez quiero hacer público que a un ser querido muy allegado a mí, estuvo viviendo una situación por demás denigrante y violenta y lo peor de todo, lo aceptó durante mucho tiempo como si fuera algo razonable y natural en su vida. ¡No se vale!

Por un lado, me imagino que todo comenzó como un tierno noviazgo donde hubo los celos “normales” en las parejas incipientes. Es que a esa edad, quisiéramos tener siempre al ser querido y sólo para si. Arrebatos, berrinches y un sinfín de terminar-recomenzar.

El problema viene cuando permitimos que esos celos inofensivos crezcan y vamos cediendo a los caprichos de la pareja. De una situación de celos inocentes se llega a caer en una situación de control total: que puede vestir la pareja, a quien puede llamar, cuando puede salir, que amigo puede tener, etc. Lo más ruin y bajo, es que cuando no se cede a las exigencias de la pareja, vienen los golpes, el maltrato y las amenazas. ¡Así son los retrógrados machos! ¡Así es esa enfermedad de antaño, degenerativa y totalmente despreciable!

Es un problema que se agrava dado que estas situaciones se viven normalmente en silencio. Es que el machismo a la inversa –el que ejerce la mamá- enseñó que la mujer debe callar y sufrir.
Se vuelve una cuestión de aceptación en pro de que la relación siga. Y dice una teoría que repetimos en nuestra pareja, lo que vivimos en nuestra casa, con el fin de traerlo al presente y resolverlo. Se repite el patrón, un abusón y una sumisa (o viceversa) y al final del día, la historia se repite y nada cambia.
Deberíamos mostrarle a nuestros hijos (niños y niñas) que nadie tiene derecho a sojuzgarlos ni a maltratarlos. Debería ser una parte tan importante como la religión misma para que finalmente la cadena de la repetición se rompa. Claro debe estar que quien te ama no te lastima ni te hará llorar.

Estoy convencido que la denuncia lleva un compromiso. Entonces, le ofrezco a mí ser querido, platicar acerca del asunto, recomendarle, ayudarle. En todo caso, quiero hacerla consciente de que lo que le sucedió no está bien y que no tiene porque aceptar que un patán la trate como la trató. Ojo, esto no solamente sucede con las mujeres, sucede también con los hombres y es igual de humillante y ruin.

En este caso, le doy gracias a DIOS porque la iluminó (a través de otro ser que igual admiro) y le dio el valor de separarse de ese energúmeno sin valor. ¡Saco los cohetes!
Además, DIOS premió su valor y en una de esas hasta nos invita a otro Reencuentro.

A ella, para que un día enseñe lo que aprendió a los demás y así evite que la historia se repita, un beso.

A sus padres, para que vean la bendición de lo que DIOS les ofrece en esta situación, un abrazo.

A ti Lector Querido, para que denuncies el machismo hasta que logremos erradicarlo, un abrazo.

El Escribidor

miércoles, 25 de julio de 2007

El Desierto

Monterrey, N.L. a 25 de Julio de 2007 
Yo creo que con este artículo me voy a ver muy Zen, sin embargo no se me ocurre otra manera de describir esos momentos complicados de la vida donde se forja el carácter y se prueba la Fe. La palabra desierto, proviene del latín desertus, que significa ‘abandonado’. Se le llama también así al lugar con poca agua, una que otra plantita, mucho calor y un montón de bichos y animalejos. Como diría mi sobrina la más fresilla: “o sea que es un lugar donde no hay nada, uei”. También se le llama así, a ese momento donde dadas las circunstancias, nos sentimos solos y abandonados, ya sea porque pasamos por un momento duro de vivir, difícil de aceptar o porque requerimos tomar decisiones cruciales en nuestra vida. Y no se trata de un problema o una situación aislada, la característica principal es que pasar por él implica de un crecimiento espiritual y un aumento de la madurez. Es en la crisis donde la Fe se acrisola y la fortaleza se prueba, ese es el momento exacto donde al SEÑOR le gusta y quiere ayudarnos: cuando nuestras fuerzas humanas son exiguas y tenemos que abandonarnos en ÉL. Puede ser que nuestro Desierto sea vencer una tentación, como le sucedió a un buen amigo quien se dejó llevar por la tentación de la carne y una vez ahí, se sintió perdido. Tuvo su crisis, me buscó (no buscó a DIOS porque me imagino que no sabía que es su amigo), lo escuché, se desahogó y solito decidió. Yo solo le presté mis oídos y mi cariño, porque eso si, cada quien sale de sus propios Desiertos. A lo mejor es como le sucedió a otro amigo, quien decidió seguir a Dios porque creyó que ese era su camino. Después de vivir su Desierto, al mismo tiempo de su seminario, se dio cuenta que nomás no. Me imagino que tuvo su crisis, buscó a su mejor amigo (DIOS), le platicó, se desahogó y solito decidió. Otro ejemplo es cuando la pareja cae en el hastío de la repetición. La rutina termina por convertir el Paraíso en un Desierto y la Unidad se fractura, se lesiona, se lastima. Se cae en crisis, se busca a un amigo (DIOS) que nos escuche, nos desahogamos y decidimos. Y hay parejas que sobreviven, ¡una porra a ellas!; pero hay otras que no, ¡posyaque! en el Desierto también hay muertos. O puede pasar como a mi hermana, quien toda su vida vivió tratando de quedar bien con todo mundo. Y se hartó de ser-poco-ella y ser-mucho-los-demás. Su crisis me tocó vivirla, muy poquito, me hubiera gustado estar ahí, escucharla, dejarla que se desahogara y ver como decidía. Lo importante es que ya va saliendo y ya es más ella misma, más plena, más feliz y yo con ella. Y lo que me encanta de la nueva hermana es que hace lo que se le da la gana cuando se le da la gana sin preocuparse por lo que digan los demás, ¡y saco los cohetes! Y cada quien podemos mencionar los nuestros: la muerte de alguien, la separación de un ser querido, una duda de Fe, la ruptura del amor de su vida, una enfermedad sería, un cambio de ciudad, la ruptura del cordón umbilical, etc. hay tantos Desiertos como tipos de personas en el mundo, algunos llegarán a nuestra vida de pronto y otros los buscaremos nosotros mismos, pero siempre estará presente la soledad, el amigo (DIOS), una crisis y una decisión. Me preocupa un amigo chilango (el que no conoce la moneda de China), ya tiene rato en su Desierto y nomás no veo la hora que salga de él. Ya lo veo en una empresa, ya lo veo en otra y para mí que no haya su lugar. Si gustas te escucho (te recomiendo más a DIOS), te desahogas y decides, ¿sale? A mi esposa, para que pronto encuentre la salida de su Desierto, mi apoyo y abrazo, A mi madre, para que DIOS le de la fortaleza para salir del suyo, otro beso, A ti Lector Querido, para que siempre busques al Creador en esos momentos, mi cariño, El Escribidor PS.- ¿Y nuestras selecciones de fútbol cuándo saldrán de su Sahara? Yanimodo!

lunes, 16 de julio de 2007

¿Y SI NOS HACEMOS CHINOS?

Es una pregunta que alguna vez escuché decir a mis hermanas, en mi infancia, antes de una fiesta y para mi significaba que no estaban a gusto con su pelo lacio. Ahora yo no estoy a gusto con la actitud del mexicano y lo digo en serio: ¿y si nos hacemos chinos? 

Pero chinos de China. ¿Qué fumaste Escribidor? Nada, estoy completamente lúcido y sobrio. Lo que sucede es que le guardo una especial admiración a esa enorme nación (enorme en extensión y en gente, ¿cuántos chinos hay en China? Chinos!!) y creo que los habitantes de allá son una muestra de lo que el hombre es capaz de alcanzar cuando se sobrepone a sus limitaciones. 

Vamos por partes,
China es una nación que vivió aporreada literalmente: en el norte, por los mongoles; en el sur, por los taiwaneses y en el oriente, por los japoneses. Tanto así estaban hasta el copete que decidieron construir una mega barda para pararle el alto a las invasiones. El problema vino cuando la barda impidió el flujo comercial y cultural y China cayó en un retraso con respecto al resto del mundo. 

Por otro lado, como que a los chinos se les dio bien eso de que los niños que Dios nos mande y cachonditos ellos, no supieron medirse y se convirtieron en la nación más poblada del mundo. 

Por último, el retraso cultural y la sobre población la llevaron a ser una nación pobre con un buen de carencias, pero eso si, con un empuje que ya quisiéramos mucha gente. Lo primero que hicieron fue adherirse a un sistema de gobierno que persigue el bien de todos (Comunismo), con esto intentaron repartir la riqueza en un país muy golpeado por la pobreza. Tan así les funcionó que aún hoy no existe el monopolio en ese país, las empresas pertenecen a la comuna. 

Luego, establecieron un sistema de natalidad muy efectivo que les permite tener controlado el número de niños por familia (uno) con multas enormes para los padres que no obedezcan las reglas. Debido a la enorme cantidad de gente, es un ambiente totalmente competitivo, existe un nivel de estudios altísimo y se ve gente con maestría y doctorado mientras aquí en México vemos gente con carrera. 

Finalmente, el desarrollo de su industria lo logró en base al mismo método que mi amigo Cuco en la primaria: la copia. 

Recuerdo los primeros productos chinos que llegaron a mis manos en mi niñez., era de muy baja calidad. Sin embargo, los productos modernos ya no le piden nada a los originales. ¡Con decirles que ya existe la cerveza Cerono, que es una copia exacta en apariencia de la Corona!. OJO, no estoy a favor de la copia, reconozco la habilidad de los chinos para salir avanti de los problemas y su enorme capacidad de trabajo. Todo esto vino a mi cabeza cuando las dos selecciones, la mayor y la suveinte (como le dice mi amada esposa) se “achicaron” ante un rival totalmente vanidoso y payaso como es Argentina. No se vale, tanta pasión que muchos mexicanos les tenemos y tan poco compromiso por parte de ese grupo de mediocres que no pasan del ya merito (mi amigo el chilango redimido echó sal en la herida cuando me dijo al teléfono: “Jugamos como Nunca y perdimos como Siempre”). !Posyaque! 

Digo, si ya importamos Chinos (¿vieron el chino de 2.36 m que entró al equipo de baloncesto de Fuerza Regia?), tecnología, bisutería, ropa, ¿por qué no una selección de futbol? Y estoy hablando nada más de algo trivial como es el futbol, de otros aspectos de México mejor no hablo porque se me pone la piel “chinita”. Oigan, ¿y si nos hacemos chinos? 

 A ti Querido Lectora, Lector Queridos, para que te hagas un poco chino, un abrazo 

El Escribidor
Monterrey, N.L. a 17 de Julio de 2007 

viernes, 6 de julio de 2007

Mudanzas

Monterrey, N.L. a 26 de Junio de 2007

Yo creo que la vida es el mejor ejemplo de que lo único constante es el cambio.
Pero a mí, la verdad, me gusta más quedarme en un solo lugar y no moverme. Con decirles que duermo de un solo lado y rara vez me volteo. Voy a las mismas tiendas, asisto a los mismos cines, como en los mismos lugares y profeso en el mismo templo.
No es que sea flojo, simplemente, si ya me acomodé, ¿para qué me muevo? La ley del menor esfuerzo en todo su esplendor.
Es que eso de mudarse de casa a mi me da muchísima flojera. ¡Que ironía! los viajes son mudanzas chiquitas, y contrario a los cambios de casa ¡me encantan!
Pero la vida y mi esposa, no comulgan conmigo y se la pasan mueve y mueve.
Primero, por cuenta propia (el que por su gusto….) migré desde una tierra donde todo es tranquilidad y paz, a esta tierra de grandes oportunidades, pero pagué el costo de convertirme en un judío errante. En aquel entonces, solamente cargué un par de maletas. Desde entonces hasta ahora, debo haber conocido como media docena de casas. Y siempre es la misma historia: pon tu vida en cajas y muévela, con todas las incomodidades que esto acarrea, a un nuevo destino, temporal, hasta la siguiente mudanza. Lo bueno es que cuando empiezas a empacar, tienes la oportunidad de deshacerte de toda la basura y de las cosas inútiles.
Una vez en tu nuevo hogar: a desempacar tus cajas y tu alma. A buscar un nuevo lugar a lo que ya estaba acomodado. A buscar los nuevos caminos, las nuevas tiendas, los nuevos cines, el nuevo templo y los nuevos amigos.
Hace un tiempo, porque así se dieron las cosas, tuve que cambiarme a un pequeño departamento, cómodo, confortable y muy pequeñito. Y cuando ya me había acostumbrado a él y hasta cariño le tenía, aparece mi mujer y me dice: -se va a desocupar el departamento de abajo, ¿y si nos cambiamos?-. Y yo tiemblo y sufro. Aquí vamos otra vez.
Apenas estoy en la primera semana después de la mudanza y no encuentro nada, ni mi ropa, ni mis cosas, ni yo mismo. Parece zona de guerra, pero en la parte que perdió. Voy a rezarle a San Pascual Bailón, dicen que es bueno para encontrar las cosas perdidas, a ver si en una de esas encuentro mi cepillo de dientes y mi vida. Que conste, no había escrito porque no encontraba un cable para conectar la computadora, ¡háganme el favor!

Y así es el humano y así es la vida. Es un eterno mudarse de estado de ánimo, situaciones, de amores, de amigos, de pasiones, hasta que llegue el momento de la mudanza mayor.

Dos mudanzas más tienen que ver con mi vida, se me mudó una amiga de mi equipo de trabajo. Se me va de la ciudad y de mi vida, ¡que lástima!, posyaque. Dios la bendiga! Cuando quiera puede venir de visita, le tengo preparado el cuarto de huéspedes. Se renta espacio en el corazón.

Otra, apenas se mudará ya pronto, es de esas mudanzas que ansío. Es más, hasta tengo ganas de ayudarle a llenar sus cajas y subírselas al carro no vaya a ser que se regrese. Dios la bendiga también! Preparo los cohetes.

A mi hijos, un abrazo y un beso porque nunca se quejan, simplemente se cambian y ya.

A ti Lector Querido, para que te mudes de todo lo que no te sirve, un abrazo.

El Escribidor

miércoles, 27 de junio de 2007

¿Por qué la pata cruzó la calle?

 A mí me engolosina hablar de Dios. No es que sea muy religioso, lo que sucede es que una vez que descubres que Él lo es TODO, es imposible no reconocerlo en cada situación de tu vida. Y lo que más me agrada de Él, es que hace lo que le da la gana, cuando se le da la gana: Libertad total y absoluta.

Para ejemplo, tres botones: 

Imaginen por un momento Lectora, Lector Queridos, lunes, 15:30 hrs., 39°C, que voy circulando por la Av. Ignacio Morones Prieto -una de las avenidas de Monterrey más peligrosas y transitadas- a una velocidad de 80 km/hr y exactamente enfrente del parque España, a Dios se le pegó en gana que pasaran dos patas -con cinco crías cada una- de un lado a otro de la calle. Un hecho totalmente surreal e increíble. Es una muestra de que nada escapa a la Voluntad de Dios. 
Las patas simplemente cruzaron, sin la más leve muestra de temor. Para mi que Dios les dijo: “Ustedes crúcense, yo les echo aguas”. Y ellas, simplemente lo obedecieron. 
He aqui la pregunta importante, nosotros, ¿Cuántas veces dejamos de hacer algo a pesar de que Dios nos esté diciendo de mil maneras que lo hagamos? 
O a veces lo opuesto ¿Cuántas veces hacemos algo, a pesar de que Dios nos previene que no lo hagamos? !Ah no! nos encanta hacernos patos.

 Ahora imaginen, una tarde, un súper de esos de los que hay muchos, me dispongo a sacar dinero de un cajero y de pronto, siento una mirada. Un par de ojitos desde el piso me observan fijamente. Es un pajarito, que por lo que percibo, lleva rato sin poder salir. Una señora me dice: «Tenga cuidado, lleva rato volando, no vaya a picotearlo». Lo tomo sin miedo – ¿Qué me puede hacer este pajarito?- pienso. El pajarito no hace el menor esfuerzo por escapar, lo tomo en mi mano y lo libero fuera de la tienda. 
Me imagino que cuando yo llegué a la tienda, el pajarito estaba platicando con Dios: -Señor- le dijo, -¡no puedo salir!-; -Ahí viene César- dijo Dios, - él te va a ayudar-; agrega el pajarito, -tiene cara de enojón-, -Si, pero es buena onda-. Extraños caminos tiene el Señor. 

Me platica mi esposa que a un señor que tiene una carreta -se gana la vida recogiendo basura- se le escapó el caballo y el dueño ni en cuenta. El caballo corrió por la Av. Morones Prieto -se me hace que a Dios le gusta esta calle para hacer sus milagros- hasta que un buen samaritano, se detuvo y amarró al caballo a un poste, al lado de la avenida, para que no se escapara ni corriera peligro. El dueño vio el caballo por las noticias y fue a recogerlo. El caballo a salvo y el dueño feliz. 

Es que si Dios quiere que una hoja permanezca, podrá desaparecer el árbol y la hoja permanecerá. Tres ejemplos de una infinidad de milagros que deben estar sucediendo todos los dias en todo el mundo. 

 Lo malo es que con tantas matanzas y dramas que los medios nos presentan, como que vamos perdiendo la capacidad de asombro y lejos de reconocer las maravillas que Dios nos regala y sus milagros, nos la pasamos contando muertos. 

¿Eres capaz de reconocer las maravillas o milagros que Dios trae a tu vida? Tu salud y la de los tuyos; tu casa, tu alimento, tu empleo, tu vestir. ¿Tienes padres? ¿Hermanos o amigos? ¿Eres feliz? ¿Tienes paz? ¿Gozas de libertad? 

Hace poco recibí un correo de una buena amiga -que también es mi Comadre- donde nos habla del acuse de recibo que debemos dar cuando recibimos las bendiciones que nos manda Dios, es tan simple como dar las gracias y yastá!! eso es todo lo que Él espera. 

 A mi Padre Dios, Gracias por todo lo que nos das en cada momento!!! A ustedes Lectora, Lector Queridos, para no se olviden de agradecer por todo lo que reciben, un abrazo. 

 El Escribidor
Monterrey, N.L. a 25 de Junio de 2007

jueves, 21 de junio de 2007

I BLOG YOU...

Monterrey, N.L. a 5 de Junio de 2007


Lector Querido, este paso (el blog) significa mucho para mí, a duras penas comencé a escribir para un grupo de personas con quienes no tengo miedo a equivocarme. Con esa gente (mi gente), puedo escribir con la libertad y la convicción de que la amistad o el cariño son más grandes que cualquier aberración en la que pudiera caer.
Sin embargo, si de verdad aspiro a escribir en forma (para dar a conocer mis puntos de vista acerca de la vida en general), debo expandir mis horizontes más allá de la seguridad de mi ciber-mundo personal.
Se que me encontraré con mucha gente que definitivamente no gustará de mis escritos, pero también estoy seguro que habrá otros que compartirán algunos de mis puntos de vista, pero te los digo de verdad, todas las criticas, constructivas y destructivas, son bienvenidas, prometo aguantarme como los meros machos.
¿Mi estilo? Totalmente campechano con gran influencia de Germán Dehesa (soy fan de él).
¿Mis temas? Todo acontecer de mi vida y el mundo.
¿Mis pretensiones? Ser leído y provocar que la gente se interese más por la reflexión, despertar zombis, le llamo yo. En realidad me he dado cuenta que existen infinidad de cerebros que están siendo subutilizados, a lo mucho, sirven para memorizar los canales de la televisión de cable. Hay otros, que sirven como excelentes memorias de eventos deportivos, moda, chismes, tenebra, etc. Pero, me he percatado que, desgraciadamente, existe una minoría en peligro de extinción que utiliza el cerebro para lo que fue creado: para pensar.

De hecho, a veces creo que el acto de pensar es considerado algo así como una maldición, no se si te ha sucedido que de pronto, al tornarte pensativo, la gente te pregunta: ¿qué te pasa? Estás muy pensativo. Casi casi, equivale a: ¿estás enfermo? Porque estás pensando mucho. Creélo, pensar ni duele ni cuesta.
Y después de pensar, viene el expresar y justamente es lo que da origen a mis escritos. No tengas miedo a expresar, es así como puede conocerse la verdadera esencia de las personas, ¡Cuántos problemas se resolverían si aprendiéramos a expresar nuestro pensar y nuestro sentir!

En fin, creo que mis artículos y en especial mi blog, son una pequeña aportación al libre acto de pensar y expresar.

Para ti Querido Lector, para que pienses mucho y expreses más, I Blog You

El Escribidor

viernes, 15 de junio de 2007

SE MURIÓ MOCHIN...

Monterrey, N.L. a 14 de Junio de 2007


Como diría mi amada –que me tocó la suerte de que también sea esposa- se sigue muriendo gente. 

Esta vez, murió una «madrecita» de hombre.

Menudo él, pero con un corazón muy grande, pero ¿sabes? irónicamente murió del corazón. Yo me hubiera imaginado que moriría de los pulmones o del hígado, ya que sus «amores» (a parte de su «vieja» y sus hijas) fueron el tabaco y el vino. Vicioso no era, pero si les prodigaba un especial gusto a estos dos disfrutes y como diría mi padre: hay edades en las que uno ya no está uno para esos trotes. 
Es que Mochín fue de esos hombres que se acaban la vida hasta el último aliento.

Y se acabó la vida y Quina perdió a su «viejo”.
Cuando la vi para decirle que la quería mucho y que ahí estaba yo para lo que necesitara, las únicas palabras que me dirigió fueron: «¿cómo ve?, se nos fue” – así como reclamándole a la vida o como pidiéndome que yo le reclamara por ella- y Quina sufría y mi corazón sufrió junto con ella. No sé, pero como que no la imagino sin su viejón.

Cuando llegamos a ver a Quina, de sus hijas sólo estaban dos de su estirpe y una acoplada, valientes como siempre, al pie del cañón, cuidando a Quina y honrando a su padre. Nos vimos, nos abrazamos y lloramos juntos.

Yo perdí a un buen cuate, nunca llegamos a ser amigos, nos faltó tiempo. Me hubiera gustado llegar a conocerlo más. Y no es que fuera difícil conocerlo o difícil de coincidir con él, bastaba con ir a su casa, la cual siempre tenía las puertas abiertas para todo el que quisiera visitar. Lo que sucede más bien es que normalmente elegimos ser amigos de personas que tienen algo de interesante o de misterioso y él, era todo lo contrario, una persona transparente y sencilla. ¡Nos la complicamos de a gratis!

Hablando de su sencillez, recuerdo que llegamos a hacer carnes asadas sin asador. Un par de tabiques, una rejilla de no sé dónde, un poco de carbón y ¡listo! Preparado el fogón ya nomás era cuestión de echar la carne al asador. Delicias culinarias con gente deliciosa. Así también era Mochín.

El mejor legado de Mochín: sus Hijas, luchonas, trabajadoras, independientes pero eso si malhabladas cual carretonero pero eso si muy decentes.

Finalmente, el mundo perdió a un buen hombre, de esos que de vez en cuando manda Dios para demostrarnos que así como hay malvados, hay buenos.

Tenía el alma blanca a tal grado que su más grande maldad era ausentarse de su sala cuando llegaba alguien que no era de su agrado. Simplemente le decía a su esposa en un acto «totalmente inaudito»: -diles que estoy dormido-, bofetada con guante blanco.

Pero no todo es pérdida, Mochín se fue con todo y su noble corazón a pasar el Día del Padre celebrando con el Padre de Padres: ¡DIOS!, lo que no se vale es que se haya marchado sin avisarme.


Para mi padre, que me enseñó a ser hombre, ¡mi amor y un abrazo!

Para ti Querido Lector, para que no se te olvide tu padre, un abrazo.


El Escribidor

miércoles, 13 de junio de 2007

Reencuentro....

Estimado lector,
Tu vas a ser mi mejor crítico, contigo estoy haciendo mis pininos de escritor y por ti llegaré a lograr mi sueño: publicar un libro.
Saludos!
El Escribidor.

REENCUENTRO…

Monterrey, N.L. a 7 de Mayo de 2007


Me encanta citar a Germán Dehesa: “Apenas se me está acomodando el alma y ya es tiempo de partir otra vez…”. Apenas hace 5 días iba con toda mi comitiva (mis compinches en eso de la disfrutada) con dirección a Aguascalientes a un encuentro con mi familia (el pretexto, una boda, es lo de menos). Por el tiempo transcurrido desde la última vez, más bien fue un reencuentro con mis raíces; una reconexión con mis bases; un reconocimiento de mis familiares; una reconciliación por mis ausencias y mis omisiones. Como que todos allá, buscábamos coincidir para participar. Por un momento, nos dedicamos a ponernos al corriente con la vida de cada cual, con una prisa por abarcar más y con una intensidad como de primera vez. Dejamos a un lado, nuestras diferencias, nuestras apariencias, nuestras preferencias y en un ejercicio de total libertad y tolerancia, nos dedicamos a vivir y a divertir. Mi esposa, el ejemplo de la libertad de hacer y ser, sin miedo a la desaprobación, se dedicó a mostrarnos como se vive una fiesta.
Creo que en el fondo, la fiesta era para dos (los novios) pero terminó siendo para todos.
Y los que no llenamos de fiesta, “los intensitos”, nos fuimos a buscar más: San Marcos, paseamos entre miles y nos volvimos miles. Y cuando se nos acabó el tequila y la noche, nos dispusimos a disfrutar un placer más: dormir. Cada quien se fue con su cada cual a seguir con su propia historia; nos fuimos a juntar vivencias hasta la siguiente vez.

Escribo estas líneas siendo ya de madrugada, quiero acabarme la vida completa, no quiero dejar para después, no vaya a ser que se me acabe el tequila y la noche y me duerma antes de tiempo.

Para ti, para que vivas de fiesta, un abrazo y un saludo,

El Escribidor

Quema de Libros (Coronavirus parte II)

Siguiendo con este asunto de la pandemia y haciendo sumas y restas, me he dado cuenta de que hemos sufrido de todo tipo de afectaciones. Nos...