sábado, 29 de septiembre de 2007

Reencontra-2…

Monterrey, N.L. a 24 de Septiembre de 2007

Pues me eché el reencuentro, me eché la boda y me llené de dicha, como diría mi maestro de matemáticas: «déjenme les cuento…».
Resulta que toda mi estirpe estaba lista para el disfrute: las infantas, el infante y mi esposa. Ya bien preparados y maleta en mano, nos dispusimos a partir a ese viaje tan esperado (y desesperante).
Hace mucho que no tenía una plática bien sabrosa con mi mujer, lo único que me costó trabajo fue mantenerme despierto, porque a la dueña de mis sueños, se le ocurrió ni más ni menos que platicáramos a eso de las dos de la mañana, ¡posyaqué!! Hablamos de todo y de nada, lo importante y delicioso fue hablarnos y escucharnos, he ahí lo maravilloso del momento. Y lo único que se me ocurrió decir cuando nos ganó el cansancio, fue: ¡otra! ¡Otra! ¡Otra! (si es más temprano, ¡mejor que mejor!!!).
Mi Aguascalientes querido nos recibió con un gélido clima, que fue contrarrestado con el cálido abrazo de mi hermana, tan hospitalaria como siempre.
Y llegando y haciendo leña: nos fuimos a desayunar con mi madre, mis hermanas y cuñados. La comida, de lujo en un restaurante sencillo, la compañía inmejorable. Ahí llegaron los novios, felices de estar a punto de comenzar una nueva vida y yo feliz con ellos. ¡Saco los cohetes!!!
El resto del día, nos dedicamos a ir a nadar a una alberca que más bien parecía pileta para lavar trastos y al final del día, rematamos con una carne asada (idea mía) al estilo Aguascalientes (idea de mi cuñado). Parecía como si nadie se hubiera visto en años y se veían ansiosos por ponerse al día, realmente, pocas veces había visto mi familia tan madura y tan en paz, ¿Qué les costaba muchachos?
Mi mujer, haciendo lo que tanto me cuesta trabajo a mí, socializando con todo mundo y no paró en toda la noche, es que le encanta ser ajonjolí de todos los moles.
El sábado, a mi se me hace que me lo robaron, porque entre el estrés de mi hermana perdida y hallada en la tarde y esa dramática cita en la estética, donde mi esposa fue, según palabras propias, a que la pusieran bien guapa, ya era la hora de asistir a la misa.
La misa tuvo un momento que me encantó, cuando los papás de los novios, a petición del sacerdote, le entregaron el futuro de sus hijos a Dios, de verdad un momento muy emotivo y sobre todo, se me hace que hasta a Dios se le rodaron un par de lágrimas de pura emoción.
Al concluir la misa, otro momento de esos que se quedan tatuados en el alma con tinta que no se borra ni con láser, nos encontramos con el resto de mis familiares. Mis sobrinos no vistos, mi hermano el cometa (por eso de que lo veo cada cuatro años), los bisnietos de mis hermanos y también, la nueva familia (la del novio), tengo fotos donde consta que todos estábamos de muy buen humor y dispuestos a gozar como niños en parque.
Luego la boda civil, nada que ver con la misa, fue eso, un trámite, como diría mi sobrina la más fresilla, estuvo equis uei…
En la fiesta, teníamos toda la intención de sentarnos en mesas vecinas con el afán de pasarla en grande y en nuestro afán de sentarnos todos juntos, nos quedamos con una mesa desolada, con mi hermana y mi cuñado, otra hermana que desertó en cuanto me descuidé y una esposa ausente, pues anduvo como madre de novia, de mesa en mesa, organizando lo que seguía (así me lo platicó), cuidando que a la novia no le faltara nada y con un arrojo que ya quisiera cualquier torero, se paró a cantar, en un acto que dejó a propios y extraños con la boca abierta.
Bailé (o intenté) con mi mujer, con mis sobrinas y con una dama muy especial, que ya me había pedido que lo hiciera con ella desde antes de comenzar la fiesta: con mi hija menor.
Y cuando nos cayó la tambora, pues nos fuimos a dormir, es que esa música como que no se nos da.
Dicen por ahí, que hubo gente muy avezada e intensita que le siguió hasta que amaneció y fue a dejar a los novios al aeropuerto y a desayunar, bien por ellos, siempre hay que acabarse las fiestas hasta que no se pueda más, les prometo que las siguientes fiestas no dormiré.
El regreso, lo más triste. Como que siempre se queda un pedazo de cada quién en esos encuentros. Mi sobrina la más fresilla me pidió que repita otro encuentro, pero que no sea hasta que haya otra boda, lo haremos, tienen mi palabra de boy scout.

A mis familiares, un abrazo y un beso por todos los que no les puedo dar seguido,

A mi Madre y hermanas, gracias por su hospitalidad, las quiero mucho,

A mi esposa e hijos, para que siempre disfruten y cada vez más de cada momento de su vida, un abrazo,

Querido Lector, un abrazo para que te reencuentres con los tuyos,


El Escribidor

jueves, 13 de septiembre de 2007

Amarillo no te pongas!!!...

Monterrey, N.L. a 13 de Septiembre de 2007

Resulta que estoy a punto de ir a un nuevo reencuentro con mi gente y mi tierra. Extrañamente, el pretexto vuelve a ser una boda… me la echo. Ya tengo ganas de entrarle a la bailada, a la platicada y al disfrute. Quien quite y ahora si nos reunamos toda la familia, toooodos los nueve hermanos (más asociados, retoños, etc.)!!!
Como diría mi suegro: “échate una familita!!!!”

Mientras nos preparamos para la pachanga, mi esposa, se encarga de castigar mi cartera: que si un vestido para las niñas, que si zapatos, que si el peinado, que si las uñas, total, que no veo el fin de este martirio financiero. –Pero, tienes un chorro de zapatos- cuestiono a mi cónyuge; -si, pero no tengo dorados de tacón-. Pobre de mi…

En medio de todo este rollo pre-fiestero, aparece uno de mis pupilos y me comenta con la emoción como quien acaba de ganarse un premio: -¿Supiste de la explosión?-, intenta entablar una conversación amarillista; -Na! No veo noticias-; -yo tampoco- afirma muy orondo, -nomás las prendo mientras me arreglo…- y se aleja a conseguir una persona que comparta su predilección. Me imagino que solamente ve las noticias de los ojos para afuera (es el mismo pupilo que me explicó que la razón por la que no entiende la información técnica a veces, es porque lee de los ojos para afuera). Y sin quererlo y sin creerlo, es un hijo de la manipulación mediática, ¿será casualidad que el logo de esa empresa sea del color amarillento? ¡Yaqué!

Si abro mi cuenta de correo personal, recibo aproximadamente dos correos que realmente que me interesan y decenas de correos amarillosos, donde me invitan a pedir por un niño que está enfermo de cáncer, o intentan tocar mi corazón con fotografías desgarradoras, o me mandan un mail que si mando a diez personas que conozca, recibiré una sorpresa en menos de una hora, o me mandan una cadena para conseguir la riqueza si la sigo, o la desgracia si la rompo. Y pudiera enumerar los más variados tópicos (desde el amarillo claro hasta el amarillo oro) que atañen a este tipo de mensajería (religión, superación personal, política, chistes, etc.) la cual sólo tiene un fin: conseguir bases de datos para después inundarnos con miles de correos llamados spam haciendo uso del morbo amarillento que cada humano tiene dentro de si. Y créeme Querido Lector, todos caen!!

Si circulo por una avenida y el tráfico está lento, estoy seguro que sucedió un accidente, ¿sabes Querido Lector, de qué lado es más lenta la fila? Efectivamente, del lado que no hubo accidente, ya que todos los que pasan al frente del evento, hacen gala del reportero que todos llevamos dentro, disminuimos el paso, contamos los involucrados, sacamos conclusiones de quien fue el culpable, nos lamentamos por la gente que chocó y de paso, detenemos el tráfico. Al llegar a la oficina el argumento es: -Nombre, había un chorro de tráfico, es que chocó una camioneta y un Chevy, pobre cuate-, ¿Yamiqué?

El otro día, recibí un correo de una amiga, que también es mi Comadre, donde demuestra su indignación por, voy a tratar de escribir más o menos lo que decía: que un hombre con una pistola apuntó al Padre Rogelio, hasta la gente se tiró al piso. Yo estuve en Misa, ese día, a esa hora. No me consta que la persona no trajera una pistola, pero la verdad, tampoco me consta que la tuviera. Nadie se tiró al piso (además de la persona que le platicó a mi amiga) solamente hubo una señora que se alejó del fulano. Lo sacaron entre dos personas y el pobre cuate iba gritando que no le hicieran nada, se me hace que tenía más miedo que un ilegal al brincar la frontera, a todas luces, se trataba de una persona que no está bien de sus facultades mentales. Claro que asusta ese tipo de situaciones, pero lo reprobable para mí es el hecho de aumentarlas de tamaño y cambiarlas de color, ¡Yanilahacen!

Yo sé que este tipo de artículos no suelen ser los favoritos, sin embargo, en la medida que terminemos con ese áureo color y nos volquemos hacía DIOS, podremos lograr algo que es escasísimo en estos días: la paz.

Ya para terminar y para aportar mi dosis de amarillismo, resulta que tengo un amigo que afirma que cada vez que toma leche, muere alguno de sus familiares. Mi querido amigo, el día de mañana comenzaré una colecta en todo Monterrey para juntarte todo tipo de juguitos, tesitos, sodas, calditos, agüitas de sabor, etc. Todo con el fin de que no vuelvas a tomar ningún tipo de líquido lácteo y conserves tu familia el mayor tiempo posible, ¿sale?

Querido Lector, un abrazo de color para quitar lo amarillo de tu vida,


El Escribidor

Quema de Libros (Coronavirus parte II)

Siguiendo con este asunto de la pandemia y haciendo sumas y restas, me he dado cuenta de que hemos sufrido de todo tipo de afectaciones. Nos...