viernes, 27 de abril de 2012

¿Ya pa´ qué?

Monterrey, N.L. a 26 de Abril de 2012

No se si te ha pasado, Lector Querido, que cuando una persona ya sabe que se va (de tu vida, de la compañía, de la escuela, de la casa) se convierte en un individuo cien por ciento adorable. Suele suceder, que los grandes problemas de interacción, de convivencia o de desempeño, se vuelven de pronto nimios y triviales.

 Pues a mí me está sucediendo exactamente eso, en este preciso instante, un colaborador se va (no motu proprio, más bien como que le dieron una ayudadita) y la verdad, se comporta de tal manera que hasta he tenido la tentación de decirle: ¿sabes qué? mejor quédate. Pero me aguanto como los meros hombres, porque el proceso de casi dos años – y que desencadenó en este resultado- trabajar con él fue haz de cuenta como ir de subidita, cargando un fardo de cien kilos en la espalda y sin pararse a descansar. Mi voluntad y mi espíritu de lucha están exhaustos, ¿ya pa´ qué?

Mi colaborador, a raíz de decidió separarse,  se ha vuelto una persona proactiva, amable a más no poder, seguidora de las reglas y sobre todo, orientada a los objetivos y yo digo: ¿ya pa´ qué?

Yo no estoy en contra del cambio, al contario, son un apasionado creyente de que la renovación es la constante de la vida y del humano. Pero la verdad, llega un momento que por mucho que cambies, queda detrás de tí una estela de destrucción. ¿Ya pa´ qué?

Asimismo,  considero que cuando no te queda nada que perder, debes arriesgarlo todo. Más sin embargo, la decisión está tomada, ¿ya pa´ qué?

Casi de inmediato viene a mí una pregunta: si eres capaz de lograr toda esta evolución en tan solo semana y media, ¿por qué razón no te adaptaste desde el comienzo? Es una pregunta retórica y no espero ni quiero una respuesta. Más bien, es como un monólogo que me invita a analizarme, por aquello de que no te entumas –diría mi padre- no vaya a ser que yo tampoco esté adaptándome lo suficiente y tarde o temprano, corra con la misma suerte.

Por lo pronto, yo voy a mandar hacer una vitrina en mi casa que diga: “Rómpase en caso de emergencia”. Dentro colocaré algún libro que me recuerde la importancia de renovarse o morir (yo voy a poner: ¿Quién se ha llevado mi queso?, Spencer Johnson, M.D. Ed. Empresa Activa). Cuando sienta que me estoy acomodando en mi zona de confort, romperé el vidrio y leeré el libro. Espero retomar el rumbo a tiempo, antes de mi ¿ya pa´ qué?


Te invito Lector Querido, a revisarte con toda sinceridad y a fondo, te invito a poner una vitrina en tu vida, ¿Qué libro pondrías tu? ¿Necesitarás romper el vidrio en este momento?

El Escribidor

PD.- ¿ya leíste?

Quema de Libros (Coronavirus parte II)

Siguiendo con este asunto de la pandemia y haciendo sumas y restas, me he dado cuenta de que hemos sufrido de todo tipo de afectaciones. Nos...