domingo, 8 de julio de 2012

A mi Ricardo me hizo llorar…

Monterrey, N.L. a 30 de Junio de 2012


O al menos casi lo logró… (Es que no lloro tan fácilmente “gracias” a los resabios  del machismo -aprendido más no pedido- que recibí en mi niñez  y que día a día lucho por erradicar de mi persona), pero hagan de cuenta que así fue.

Resulta que asistí a la graduación de secundaria de mija la mayor y pues como todas las graduaciones, las actividades que ahí se presentan, llevan como fin ablandar los corazones -de por si blandos- de las mamás y verificar si el corazón de los papás continúa latiendo.

Total que salió la directora del colegio, una monja de sendo carácter (me consta) y nos pasó un video (altamente recomendado, se llama la Carrera de la Fe, http://www.youtube.com/watch?v=oZRkNsL2PX4 habla en resumen del poder de la determinación en el logro de las metas) que me reblandeció hasta lo más duro de mi ser, no tanto porque me identifiqué con el corredor, más bien, me identifiqué con el papá. Ahí, les prometo que al menos se me salió un “puchero”.

En el momento en el que se hicieron entrega de los premios a los logros especiales me llamó la atención la medalla que le otorgaron a un joven por el mejor promedio: 10.0. Fue una distinción no solo de su grupo, sino de toda la generación  y yo pensé: vaya, es un tipo “cuerda” (diría mijo, el tipo es una “máquina”), pero no tenía idea de la razón que lo llevó a lograr esa meta.

Más tarde, platicando con mija la mayor, salió a colación el tal Ricardo y sus logros. Le pregunté a mija: ¿es muy listo?, ella comentó: -más bien es muy matado y ñoño.

Resulta que tienen más mérito sus logros: Sus recursos en general son más bien limitados puesto que tuvieron que irse a vivir con una tía dado que su padre, por llamarle de alguna manera, solo hizo su "chistecito" y despúes avisó que iba por unos cigarros, que ahorita regresaba. 

En fin, este señor los abandonó.  Para colmo de males y para aumentar el grado de dificultad, resulta que su madre padece de esclerosis múltiple, la cual es una enfermedad crónica, degenerativa e incurable. Y pensé para mi mismo: eso es lo que yo llamo tener una vida complicada.

Hasta aquí, solo hablamos de factores circunstanciales externos aunque determinantes en el carácter y actitud de una persona.

Permítanme ahora, Lectora, Lector Queridos, hablar de su personalidad: Es una persona inocente, de buen carácter, responsable y chido, además de dibujar bien y tocar guitarra, viene a ser de esas personas que permanecen intactas en el alma a pesar de las circunstancias y las agraviantes, por más adversas que estas parezcan. Es un tipo con la piel gruesa y con una determinación a prueba de todo.

Finalmente, su motor, simplemente decidió que la mejor manera de ayudar a su familia era estudiando duro para no dar más problemas a su madre y le valió, sacó 10.0.

Le falta mucho, apenas es la secundaria, pero estoy seguro que Dios le tiene preparado un buen plan de vida, un futuro muy prometedor y próspero.

Quiero hablar un poco de mis hijos, aunque el artículo es de Ricardo, vale la pena hablar de ellos puesto que son personas muy resilientes, empáticas y buenas.

Si bien son excelentes estudiantes, las medallas más grandes las han recibido en el ámbito de la vida. Juntos nos ha tocado vivir muchas eventualidades difíciles de sobrellevar y han salido avante con entereza, carácter y sobre todo, sin hacer mayor mella en su alma. 

Lo que les ha tocado vivir como niños pondría a temblar a muchísimos adultos. 

Los amo y estoy seguro que Dios les tiene reservada una gran y próspera vida. 

Por su lealtad y amor: muchas gracias!!!

Y a ti, te mando un abrazo resiliente y empatico.


El Escribidor

PD.- ¿ya leíste? Te recomiendo: Quien se robo mi queso, Spencer Johnson, Ed. Urano

domingo, 10 de junio de 2012

Pinto mi raya…

Monterrey, N.L. a 10 de Junio de 2012

 Siendo yo pequeño, cada vez que sentía que algo se salía de control, tenía la costumbre de decir: “Pinto mi raya y no juego”, acto seguido, ya con la seguridad que esta frase me confería, procedía a retirarme. Es como si la línea imaginaria trazada por mí, pudiera de alguna manera, ofrecer una barrera infranqueable para detener cualquier posibilidad de avance de cualquier persona.
Quizás así les sucedió a la mayoría de los hombres en el pasado. Imagínense en tiempos antiguos, cuando un rey negociaba con otro: “vamos a hacer un trato, tu no te pasas de este arbolito y te prometo que no te hago un ‘pancho’, ¿sale?”. Y de esta manera se fueron creando todas las fronteras que hoy conocemos.

Como pasa con la mayoría de las líneas, fronteras o límites, normalmente se trata de algo imaginario y fabricado por el hombre para denotar propiedad, prohibición o de plano un ‘hasta aquí’. Pero, siempre existe la posibilidad de sobrepasar dicha limitante y es precisamente este hecho, lo que le da el verdadero sentido de este artículo.

De por si existen lindes por todos lados que nos van confinando a una vida llena de represión, pero no contentos con esto, nos auto imponemos muchos otros que merman cada vez más nuestra libertad e impiden desarrollarnos plenamente y alcanzar nuestro máximo potencial.

Es de suma importancia, identificar estos limítrofes de nuestro potencial: el miedo, la desidia, la baja auto estima, la inseguridad (en tu persona), la timidez, la mediocridad, la apatía, el rencor, el odio y podría llenar renglones y más renglones, pero lo importante es estar consciente de cuales son.

Una vez reconocidas dichas cotas, recomiendo hacer una lista de lo que necesitas para vencerlas (p. ej. para dejar de sentir rencor hacia una persona, haré una carta donde le aclaré mis sentimientos, platicaré con un sacerdote, asistiré con un terapeuta), ponerle un tiempo limite para resolverlas y una lista de lo que ganaras una vez que logres sobrepasarlas (p.ej. cuando deje de ser tímido, podré hablar con los hombres o mujeres que deseé).

Yo me considero una persona sumamente miedosa, mas sin embargo, me cuesta trabajo seguir muchas reglas que me estorban para lograr mi cometido. Me la paso ignorando limites impuestos por la gente, con la consabida retahíla de reclamos y regaños, es decir, suelo ‘pasarme de la raya’.

Eso funciona para mí. ¿Qué funciona para ti? te queda de tarea.

Me gusta leer a sacerdotes con fuerte influencia de oriente: Anthony de Mello, Carlos G. Vallés, sus escritos, si bien son de carácter religioso, siempre llevan la consigna de despertarnos y espabilarnos de todos nuestros limites, ya sea heredados o impuestos. Los leo e inmediatamente siento que algo se mueve y nada vuelve a ser igual.

Querido Lector, revisa qué límites te están impidiendo alcanzar todo el potencial para el cual fuiste creado y pásate de la raya!!!

El Escribidor

PD.- ¿ya leíste? Te recomiendo: Autoliberación Interior, Anthony de Mello, Ed. Lumen

jueves, 24 de mayo de 2012

Al cuerpo ¡Lo que pida!



Monterrey, N.L. a 24 de Mayo de 2012


Me platicó mi padre que en una ocasión, conversando con cierto amigo le dijo: Mire,  yo le doy al cuerpo, ¡lo que pida! si me pide comida, pues comida le doy; si me pide vino, vino le doy; si me pide mujeres, mujeres le doy. Oiga –Preguntó con un tono pícaro mi padre- ¿y si le pide trabajo? ¡Ah pero que cuerpo tan mañoso! – Contestó algo contrariado el tipo-.

Viene al caso esta anécdota para ejemplificar como los humanos, al sentir ese faltante en nuestra vida –como un hueco en el pechito, diría mi esposa-, nos damos a la tarea de buscar en todo tipo de satisfactores físicos, al fin y al cabo, cuerpo somos y al cuerpo ¡lo que pida!

Cambiamos de nombre y nos volvemos: ludópatas, bulímicos, anoréxicos, compradores
compulsivos y quedamos expuestos a todo tipo de adicciones y dependencias. Sin embargo, lo más triste radica, en que esos satisfactores son solo paliativos y lo único que dejarán en nosotros al final, es el mismo hueco y una enorme cruda moral.

Según Maslow, los humanos pasamos por una serie necesidades que van desde las fisiológicas hasta las de autorrealización. A mi se me hace que no le entendimos bien. Lo que él nos quiso dar a entender es que después de realizar una búsqueda exhaustiva de algo que llenara nuestro huequito existencial, se dio cuenta de que la cosa no iba por ahí y más bien dejó la dichosa pirámide para que ya no buscáramos por ese camino.

Y es que la razón es porque si bien, nuestro buen DIOS nos dotó de un cuerpo –hermoso, para algunos, “pasaderito”, para muchos otros- definitivamente nos dotó de un alma y ahí está la clave.

No puedo decir donde está el alma, nadie lo sabe. Pero lo que si puedo decir es que no está fuera de nuestro cuerpo. Entonces, ¿Por qué somos tan obstinados en buscar nuestras respuestas fuera de nosotros? Yo creo que si buscamos hacia nuestro interior, será más fácil encontrarnos con nuestro buen DIOS, platicar con él  y todas las respuestas vendrán a nosotros, una tras otra y la PAZ.

En oriente le llaman a ese lugar anatta no-alma y shunyata, la nada. Ellos consideran que si nos damos cuenta de que no existe nada desaparece la angustia porque todo pierde sentido. Para ellos eso es suficiente para tener paz y alegría. Yo digo que para ellos está bien.

Ahora bien, es la hermosa dualidad cuerpo-alma, la que nos permite esa plenitud de vida: gozar de lo físico, que para eso está el cuerpo, pero alimentarnos de lo espiritual. Un continuo vaivén del pozo al desierto. Del alma al cuerpo. Ir y venir, pero disfrutar y trascender.

Querido Lector, con mucho cariño te digo, comienza tu búsqueda, pero no olvides tu cuerpo.

El Escribidor



PD.- ¿ya leíste?

viernes, 27 de abril de 2012

¿Ya pa´ qué?

Monterrey, N.L. a 26 de Abril de 2012

No se si te ha pasado, Lector Querido, que cuando una persona ya sabe que se va (de tu vida, de la compañía, de la escuela, de la casa) se convierte en un individuo cien por ciento adorable. Suele suceder, que los grandes problemas de interacción, de convivencia o de desempeño, se vuelven de pronto nimios y triviales.

 Pues a mí me está sucediendo exactamente eso, en este preciso instante, un colaborador se va (no motu proprio, más bien como que le dieron una ayudadita) y la verdad, se comporta de tal manera que hasta he tenido la tentación de decirle: ¿sabes qué? mejor quédate. Pero me aguanto como los meros hombres, porque el proceso de casi dos años – y que desencadenó en este resultado- trabajar con él fue haz de cuenta como ir de subidita, cargando un fardo de cien kilos en la espalda y sin pararse a descansar. Mi voluntad y mi espíritu de lucha están exhaustos, ¿ya pa´ qué?

Mi colaborador, a raíz de decidió separarse,  se ha vuelto una persona proactiva, amable a más no poder, seguidora de las reglas y sobre todo, orientada a los objetivos y yo digo: ¿ya pa´ qué?

Yo no estoy en contra del cambio, al contario, son un apasionado creyente de que la renovación es la constante de la vida y del humano. Pero la verdad, llega un momento que por mucho que cambies, queda detrás de tí una estela de destrucción. ¿Ya pa´ qué?

Asimismo,  considero que cuando no te queda nada que perder, debes arriesgarlo todo. Más sin embargo, la decisión está tomada, ¿ya pa´ qué?

Casi de inmediato viene a mí una pregunta: si eres capaz de lograr toda esta evolución en tan solo semana y media, ¿por qué razón no te adaptaste desde el comienzo? Es una pregunta retórica y no espero ni quiero una respuesta. Más bien, es como un monólogo que me invita a analizarme, por aquello de que no te entumas –diría mi padre- no vaya a ser que yo tampoco esté adaptándome lo suficiente y tarde o temprano, corra con la misma suerte.

Por lo pronto, yo voy a mandar hacer una vitrina en mi casa que diga: “Rómpase en caso de emergencia”. Dentro colocaré algún libro que me recuerde la importancia de renovarse o morir (yo voy a poner: ¿Quién se ha llevado mi queso?, Spencer Johnson, M.D. Ed. Empresa Activa). Cuando sienta que me estoy acomodando en mi zona de confort, romperé el vidrio y leeré el libro. Espero retomar el rumbo a tiempo, antes de mi ¿ya pa´ qué?


Te invito Lector Querido, a revisarte con toda sinceridad y a fondo, te invito a poner una vitrina en tu vida, ¿Qué libro pondrías tu? ¿Necesitarás romper el vidrio en este momento?

El Escribidor

PD.- ¿ya leíste?

Quema de Libros (Coronavirus parte II)

Siguiendo con este asunto de la pandemia y haciendo sumas y restas, me he dado cuenta de que hemos sufrido de todo tipo de afectaciones. Nos...