sábado, 10 de mayo de 2008

A mi Madre...

A MI MADRE…

Monterrey, N.L. a 10 de Mayo de 2008


¡Mamá –emití un tremendo alarido entremezclado con la sangre y el miedo- me caí!. Mi Madre, al verme envuelto en sangre por tremendo descalabro (de la vida y de los maloras compañeros de juego) tomo el primer trozo de tela que encontró, lo colocó encima de la herida con todo el amor que solo una Madre puede tener y se encaminó a la Cruz Roja más cercana, conmigo en brazos, tan rápido como se lo permitieron sus piernas (¿Por qué no tomó un taxi? Es un enigma todavía no resuelto). ¡nopasanada!

Mamá, estoy enamorado de una chica –le dije, lleno de emoción, a mis trece años- y me quiero casar con ella. Su respuesta (parecía que se sabía todas) llena de calma y de amor, vino directa y concluyente: Ah! ¿Y con qué la vas a mantener? Silencio absoluto. Sueño disuelto sin ningún dolor. ¡nopasanada!

Mamá, me quiero ir a estudiar a Monterrey. Mi hijo, está bien. Ya veremos como hacerle para que te vayas. Oye –le dije- pero a lo mejor no regreso. No me lo dijo, pero sé que le dolió. Muy bien, es la ley de la vida. ¡nopasanada!

Mamá, me voy a casar. ¿Puedes decirle a mi Papá si vienen a pedir a mi novia?
¿Estás seguro? –Su pregunta perseguía evitarme dolores innecesarios-. Si Mamá. Bueno, avísanos cuándo será para poder decirle a tu Papá e ir a Monterrey. ¡nopasanada!

Mamá, vamos a tener un hijo –le dije todavía nervioso por la noticia totalmente inesperada- ¿cómo ves? Muy bien –contestó con una voz sinceramente emocionada- ahora vas a tener mucho más responsabilidades. Cuida mucho de tus hijos y ¡quiérelos mucho!. ¡nopasanada!

No quiero imaginarme que hubiera sido de mí si mi Madre no hubiera estado presente a lo largo de mi vida. Sin embargo, de lo que si estoy seguro es que mi carácter, mis sentimientos, mis principios y mi voluntad para seguir adelante en la vida, no serían los mismos sin el ejemplo que ella es para mí. No es que ella siempre me solape o acceda a todas las cosas que se me ocurran. Más bien, ha sabido ser una excelente escucha, el mejor de los confidentes, una consejera desinteresada pero sobre todo, calma en la tormenta. ¡nopasanada!

Cuando veo a mi Esposa, veo una Madre que, a su propio estilo, sabe ser como mi Madre lo fue para mí, pero obviamente con mis hijos: es confidente, escucha, consejera y calma en la tormenta, ¿Será que al nacer mujer DIOS las manda con un software que se activa con la Maternidad? ¡Bendito sea DIOS! ¿Te imaginas, Lector Querido, un mundo sin Madres? ¡Ni Madres!

A mi Madre en este día, ¡DIOS te bendiga y te tenga muchos años más junto a tus hijos que te aman! ¡Te amo Mamá!!

A mi esposa, Gracias por ser esa Madre para mis hijos, ¡Te amo!

A ti Lector Querido, un abrazo para ti y para tu Madre!!!

El Escribidor

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