Monterrey, N.L. a 12 de
mayo de 2020
No sé si ya te platiqué Lectora, Lector Queridos acerca de
mi animadversión hacia las mudanzas y los cambios radicales en mi vida. No se
trata solo de la resistencia al cambio nada más por molestar, es más que nada
una resistencia a tener que adquirir nuevos hábitos y el tener que adaptarme a
costumbres nuevas.
Ahora bien, resulta que con esto de la pandemia, todo lo que
consideramos «normal» se nos fue por un traste y nuestra vida cayó en el «limbo».
De hecho, ya hemos estado hablando de los efectos de la pandemia en nuestras
vidas y trabajos y ahora quiero abordar el tema de lo que sucederá cuando todo
este teatrito se termine y volvamos a la «normalidad».
Los gringos le llaman a esta nueva realidad «new normal» que
se traduce literalmente como la nueva normalidad.
¿Pero qué es en si la nueva normalidad? Pues hagan de cuenta
que es como volver a nuestra vida normal pero al estilo del tristemente célebre
programa de Big Brother donde siempre las reglas cambian y lo que antes se valía
simplemente ya no.
Sé que cuando el gobierno dé el banderazo y nos diga que
podemos retomar gradualmente nuestra vida, muchos se van a abalanzar sobre sus
viejas costumbres solo para darse de topes contra la pared porque simplemente
lo que ahí estaba ya no estará.
Por principio de cuentas, yo creo que se van a encontrar un
montón de personas paranoicas que al mínimo estornudo huirán cual gacela
asustada; eso sin considerar que de aquí a que el cubre bocas caiga en desuso
van a pasar varios meses sino es que años; con decirles que ya hasta diseños de
los más variados he visto. El cubre bocas llegó para quedarse, ¡eso sí que sí!
Por otro lado, la gente cambió sus hábitos de consumo y pasó
de ser escépticos en la compra en línea a ser firmes creyentes. Descubrieron
que no solo es seguro comprar por internet sino también es más práctico, cómodo
y sobre todo nos evita el riesgo de contagiarnos de quien sabe cuántas
enfermedades, entre ellas el Covid-19.
Otro cambio importante en el humano es la manera como
aprende y se capacita.
En el Mundo A.C. (Antes del Covid) nos encantaba atestar las
salas de capacitación y hacer eventos multitudinarios y hablar de capacitación
por Youtube o alguna tecnología
similar, simplemente era de flojera. Bueno en el Mundo D.C. (Después del Covid)
seremos capaces de capacitarnos motu proprio y tendremos que ser capaces de
controlar nuestros tiempos e incluso automotivarnos.
Hablando de los negocios, en el Mundo A.C. en trabajar el casa era impensable y sólo las empresas más vanguardistas se daban el lujo de
mandar uno o dos días al mes a sus empleados más leales –léase los más
amaestrados. La pandemia mostró números fríos: para las empresas, el home office
representa enormes ahorros en gastos por insumos, en energía eléctrica,
espacios físicos, etc. además de disminuir el ausentismo y el estrés, aumentar
la productividad y la lealtad de los empleados teniendo una mejor calidad de
vida.
En un Mundo D.C. muy probablemente una parte de la plantilla
laboral permanecerá en el esquema Home Office y eso ya no cambiará, esa es la
nueva normalidad en el trabajo.
En lo social, en un Mundo D.C. es probable que la tendencia
sea la disminución de la asistencia a los lugares públicos pero un aumento en
el consumo en lo relacionado a servicios a domicilio, eventos vía internet, una
mayor utilización de streaming para
música y videos. No creo que los conciertos, la asistencia a los restaurantes o
cines vayan a desaparecer, más bien la gente cambiará sus patrones de consumo
asistirán pero de una manera más selectiva, eso sí cuidando siempre el
distanciamiento social el cual se volverá un hábito para el futuro y más allá.
Por último, en la nueva normalidad, nos vamos a encontrar
con gente un poco más amable con su entorno ecológico, un poco más solidaria y
sobre todo más consciente de su fragilidad humana y de cómo en cualquier
momento, puede suceder algo que cambie su vida y la cambie radicalmente. Creo
que aprendimos a planear más en corto sin tanta soberbia. El vivir un día a la
vez se volvió un grito de guerra.
La dueña de mis sueños –porque ya no tengo quincenas- se
apanicó cuando platicamos de un cuadro sinóptico de gobierno donde indicaba las
fechas y la manera como se reactivarían las actividades de la vida diaria
porque está preocupada de salir diferente después de la pandemia y siente que
no ha avanzado lo suficiente en su transformación. Me dio gusto saber que se
preocupa por cambiar porque hay mucha gente que simplemente le vale y será
exactamente igual que cuando todo este desbarajuste comenzó. Bien por ella.
Lectora, Lector Queridos, no estoy diciendo que esto ya se
terminó, todavía falta, pero eso sí, debemos estar preparados para esta nueva
normalidad, nos guste o no.
Te mando un abrazo, que te permita sentirte feliz y
confortable en este clima de cambios,
El Escribidor
2 comentarios:
Todos los cambios nos ayudan a crecer y ser mejores personas, ésta situación nos permite hacer los cambios positivos que el mundo necesita de nosotros, ojalá realmente valoremos este tiempo y lo utilicemos para mejorar cada uno, para bien de todos, me gustó mucho este articulo y el saber que nos debemos aclopar a la nueva normalidad nos hiciste, bueno al menos a mi, a pensar en lo valioso que es este tiempo para regresar a la nueva normalidad siendo una mejor persona.
Otro abrazo Escribidor con. Susana distancia.
Pues en esta ocasión estoy totalmente de acuerdo contigo. Ya todo lo relacionado con el coronavirus nos produce cansancio mental y luego todas esas contradicciones respecto a que no es mortal pero se han muerto miles, que no usemos cubre bocas pero siempre si, que el virus no está en el aire ni en la ropa pero siempre si etc. Etc. Etc.
En mis comentarios anteriores que escribí en tu blog y que no aparecen y a pesar de estar de acuerdo contigo en no ser pesimista menciono que desafortunadamente no vamos a salir siendo mejores después de un encierro, al contrario como éste ya ha sido demasiado prolongado, ya hay muchas afectaciones físicas y psíquicas en la mayor parte de la gente.
Pero si estoy de acuerdo en no ser pesimista y en hablar de cosas alegres, alentadoras y no estar obsesiónados con la hora en que nos llegará el coronavirus.
Saludos a la familia.
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